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El presidente estadounidense, Barack Obama, regresa a Washington tras sus vacaciones navideñas para iniciar un último año de mandato. Entre otros, trae en su agenda el delicado desafío de controlar la venta de armas por decreto y cimentar su legado frente a la oposición del Congreso.

Obama, que ha dicho que comienza este 2016 "animado" y con ganas, se reunirá el lunes con la fiscal general, Loretta Lynch, para abrir un proceso de tres meses en el que determinarán qué decretos ejecutivos -de espaldas al Legislativo- pueden ser viables para universalizar los controles de antecedentes para la venta de armas.

Las prioridades del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2016, pasan por la "lucha contra la epidemia de violencia armada" y el control de las armas, ha asegurado en su mensaje con motivo del nuevo año. Un nuevo año en el que se plantean otros retos como el cierre todavía pendiente de la prisión de Guantánamo y la estrategia en la lucha contra el terrorismo yihadista.

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Las autoridades de Estados Unidos intentan desentrañar los motivos que este miércoles empujaron a una pareja, padres de un bebé, a disparar contra los compañeros de trabajo de uno de ellos en San Bernardino, en un tiroteo atípico que mezcla elementos de los habituales accesos de rabia que distinguen a quienes perpetran estos ataques con aspectos que apuntan a un atentado terrorista, y que, en cualquier caso, ha dejado 14 muertos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha hablado de la posibilidad de "varios motivos" durante una declaración a la prensa desde el Despacho Oval de la Casa Blanca tras ser informado de los últimos detalles de la investigación del tiroteo de San Bernardino por boca de la fiscal general, Loretta Lynch, y del director del FBI, James B. Comey. "Es posible que estuviera relacionado con el terrorismo, pero aún no lo sabemos. Es posible que estuviera relacionado con el lugar de trabajo", ha comentado.