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  • Bangladesh se ha convertido en el primer productor de cuero barato del mundo
  • En Hazaribagh, un suburbio de la capital, funcionan casi 300 curtidurías
  • Los empleados, tamibién niños, trabajan 12 horas diarias por 40 euros al mes
  • Trabajar con productos tóxicos favorecerá que el 90% de ellos no cumpla los 50
  • Bangladesh, cuero tóxico se emitió el lunes 20 de abril en La 2

¿Qué hay detrás de los más de 14 millones de pieles con las que se confeccionan cada año las chaquetas, bolsos y artículos de piel baratos que llenan nuestros armarios? Condiciones de trabajo inhumanas, productos tóxicos y descenso de la esperanza de vida. 

El 24 de abril del 2013 Bangladesh llegó a la agenda mediática por uno de los accidentes más graves en la historia del textil en el mundo: el hundimiento del edificio Rana Plaza en Daca. El edificio de 8 plantas albergaba varias fábricas de ropa, un banco, varias tiendas... en el accidente murieron más del mil personas, en su mayoría mujeres trabajadoras del textil. El accidente del Rana Plaza descubrió las difíciles condiciones en las que muchas personas están trabajando para producir a bajo precio la ropa que después encontramos en los grandes almacenes europeos. Un año después del derrumbe del edificio Informe Semanal ha visitado el solar en ruinas donde estaba el edificio. Hemos hablado con algunas de las supervivientes. Yannoor, de 14 años, la superviviente más joven, que difícilmente podrá volver a caminar. Morzina, Firoja, Momota y Rima que continúan traumatizadas por la experiencia. La mayoría de las supervivientes, más de 2000, no han recibido todavía las prometidas indemnizaciones. Tras el accidente han aumentado los controles de seguridad de las fábricas, ha aumentado el salario mínimo que a pesar de todo sigue siendo uno de los salarios más bajos en todo el mundo. 6 millones de menores en Bangladesh trabajan en condiciones extremas. Hemos visitado las fábricas. Algunos de ellos tienen la oportunidad de alternar el trabajo con los estudios. Gracias al apoyo de ONGs como Educo, que ha creado escuelas cerca de las fábricas y negocian horarios flexibles para que las niñas y niños puedan acudir a clase.

* ADVERTENCIA: Este reportaje contiene imágenes muy duras. 

La violencia contra las mujeres y las niñas es uno de los problemas más graves en todo el planeta. Entre las agresiones más difíciles de  superar están los ataques con ácido. De las más de 1500 víctimas al año en todo el mundo el 80% son mujeres. 

A menudo es el castigo por rechazar propuestas sexuales y ofertas de matrimonio. Hemos visitado el primer centro integral de apoyo a las víctimas del acido que se creó en el mundo, está en Daca, la capital de Bangladesh. Desde allí reclaman a la sociedad una respuesta urgentea ante esta brutal forma de violencia de género, que no mata a la persona, pero la desfigura para siempre y produce un grave estigma.

En la India, la organización "Stop ataques con ácido" acaba de iniciar una campaña en la que pide a la gente que hagan de periodistas ciudadanos y graben con sus móviles los lugares en los que se sigue vendiendo ácido de manera ilegal para denunciarlo. 

De los millones de niñas y niños que en el mundo están obligados a trabajar para subsistir, una gran mayoría vive en Asia. Zapatillas, bolsos, telas con incrustaciones. Muchos de los productos que se compran en almacenes europeos llegan del continente asiático y han sido fabricados por niñas y niños. A menudo de Bangladesh, segundo exportador mundial de textil. Según la Organización Internacional del Trabajo en este país trabajan más de 6 millones de menores de 14 años. Visitamos algunas de las escuelas donde se compagina trabajo y estudios. Acceder a la educación es la única salida para romper el círculo de pobreza.