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Es el segundo viernes (día grande en el mundo islámico) desde que Israel inició su ofensiva contra la franja de Gaza y el primero desde que ha comenzado la invasión terrestre. Las escuelas de la ONU están desbordadas.

La ofensiva terrestre tiene como objetivo, según el gobierno de ese país, la destrucción de las bases de cohetes y de los túneles que utiliza Hamás para adentrarse en su territorio. Desde que se inició el conflicto, son 256 las víctimas palestinas por dos de Israel.

Fuerzas de artillería y de la Marina bombardean intensamente desde la pasada noche el norte y el sur de Gaza, escenario de fuertes combates entre milicianos y soldados desde que el jueves, Israel emprendiera su operación terrestre en la Franja. Las zonas más castigadas son los barrios septentrionales de Beit Hanun y Beit Lahia, que Israel pidió hace días a la población desalojar, y las localidades meridionales de Jan Yunis y Rafah, esta última en la frontera con Egipto.

Tras una breve tregua humanitaria, el Ejército israelí y las milicias islamistas palestinas han reanudado su intercambio bélico, que en apenas unas horas ha costado la vida a otros cuatro niños palestinos, mientras en Egipto siguen las negociaciones para un alto el fuego duradero.

Un avión de pasajeros Boeing-777 de la compañía Malaysia Airlines que cubría la ruta de Amsterdam a Kuala Lumpur se ha estrellado en el este de Ucrania, según las autoridades de ese país, que han dado por muertas a las 295 personas, 280 pasajeros y 15 tripulantes, que viajaban a bordo. Aún no están claras las causas del accidente pero el primer ministro de Malasia ha anunciado inmediatamente que abrirán una investigación. Los rebeldes prorrusos que controlan la zona han encontrado las cajas negras y el gobierno de Kiev asegura que el Boeing ha sido abatido por un cohete tierra-aire lanzado por los separatistas. Estos niegan tener armamento para alcanzar un avión a esa altura y acusan directamente a Kiev de estar detrás del derribo.