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En Siria, dos potentes explosiones han dejado al menos nueve muertos y más de un centenar de heridos al norte del país. Entre las víctimas hay civiles y militares. La violencia continúa a pesar del alto el fuego y de la presencia de Observadores de Naciones Unidas encargados de verificar el "inexistente" plan de paz.

Al menos ocho personas han muerto este lunes y decenas han resultado heridas en dos explosiones que han tenido lugar en la ciudad siria de Idleb (norte del país).

Según la televisión oficial, las dos "bombas de terroristas suicidas", una en la plaza Hananu y otra en la calle Al Carlton, han provocado víctimas tanto civiles como militares.

Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, eleva los muertos a una veintena. Según esta fuente, las explosiones han tenido lugar junto a edificios de los servicios de inteligencia.

La televisión ha difundido imágenes de restos humanos y charcos de sangre en la zona, así como de edificios dañados y vecinos gritando lemas a favor de Bachar al Asad.

Cada vez hay más Ejércitos que utilizan vehículos no tripulados, conocidos como drones, para tareas de reconocimiento, apoyo de tropas y ataques a pequeña escala. Es una tecnología que se va perfeccionando y en su faceta militar tiene como banco de pruebas zonas en conflicto como, por ejemplo, Israel y los territorios palestinos.

Este domingo ha aterrizado en Damasco el jefe de la misión de observardores de la ONU, el general noruego Robert Mood.

Tiene que comprobar el cumplimiento del plan de paz. Mood ha dicho que por muchos observadores que lleguen no se resolverán los problemas.

  • Periodista y expertos analizan la información que surge del conflicto
  • Desde el comienzo, Damasco ha apostado por el bloqueo informativo
  • Para muchos expertos, los rebeldes están ganando la 'guerra informativa'

El abogado ciego Chen Guangcheng, uno de los disidentes más famosos de China, se encuentra en paradero desconocido dentro del país tras escapar del arresto domiciliario al que estaba sometido desde septiembre de 2010, según ha confirmado el propio Guangcheng en un mensaje en internet dirigido al primer ministro Wen Jiabao.

En dicho mensaje, Chen, con voz emocionada, pide al jefe del gobierno que su familia no sufra daño, y denuncia los nombres de varios responsables que han infligido malos tramos a su mujer, sus hijos y a él mismo.

El enfrentamiento entre las autoridades y Chen comenzó en 2005, cuando sacó a la luz los programas de abortos y esterilizaciones forzadas llevados a cabo por las autoridades chinas contra campesinos como parte de la política de "hijo único" vigente en el país. Su caso alcanzó una especial dimensión internacional el pasado 15 de diciembre, cuando el actor estadounidense Christian Bale intentó visitarle sin éxito ayudado por un equipo de la cadena de televisión CNN.