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Sobre el terreno, los gazatíes de a pie no dejan de sorprenderse e indignarse. Primero, por la propuesta de Trump, y ahora, por la del ministro israelí de defensa, Yoav Gallant, quien ya prepara la salida voluntaria de Gaza. Todos dicen lo mismo: se aferrarán a su tierra.

El plan de Trump ha sido rechazado por los países árabes y condenado por organizaciones internacionales, que lo acusan de limpieza étnica. En la ONU, el enviado palestino declaró que "no hay poder en el mundo que pueda sacar al pueblo palestino de su tierra". Pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sigue mostrándose entusiasmado con la idea de Trump.

En Israel, la extrema derecha se muestra eufórica ante la propuesta del presidente estadounidense, que también apoya la mayoría de los ciudadanos. Una encuesta del Instituto de Democracia de Israel, centro de investigación independiente, señala que el 80% de la población judía apoya la idea de Trump de reubicar a los gazatíes frente a un escaso 3% que lo considera inmoral.

El Ministerio de Defensa israelí ha dado orden a las Fuerzas Armadas de preparar un plan para permitir la "salida voluntaria" de los palestinos de la Franja de Gaza.

El anuncio llega tan solo dos días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propusiera "reasentar" a la población y quedarse con el territorio, un plan que ha provocado el rechazo internacional y acusaciones de "limpieza étnica".

Foto: REUTERS/Amir Cohen

El ministro de Defensa israelí prepara un plan que permita a la población abandonar la Franja y dice que países como España, Irlanda y Noruega "estarían legalmente obligados a acoger a los residentes de Gaza" tras "hacer acusaciones falsas contra Israel". El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, insiste en 'Las Mañanas de RNE' que la tierra de los palestinos es Gaza. "Gaza tiene que ser parte del futuro Estado palestino, como quiere España y la mayor parte de los países". El ministro reitera la solidaridad española con el pueblo palestino, pero advierte que "España toma sus decisiones soberanamente y ningún tercero le tiene que decir lo que hacer". Albares defiende que la política exterior española es coherente, que dice lo mismo en Ucrania y en Palestina, "sin dobles estándares, porque se trata de proteger a los civiles y el derecho internacional". "España está en la mesa de Bruselas para dejar claro que Europa, en su conjunto, apoya la solución de los dos Estados", ratifica.

La tensión y la venganza tiñen el mes de febrero con La red fantasma. La trama expone cómo un profesor sirio en el exilo forma parte de un grupo secreto que persigue a los dirigentes fugitivos del régimen creado por Al-Asad. Su misión le lleva a Francia tras la pista de su antiguo torturador. A partir de esta premisa, el director Jonathan Millet se sorprende por la fuerza revolucionara que hay en Siria: "Lo increíble es que son personas corrientes. Un abogado, un taxista... Personas que luchan contra la impunidad", ha indicado. Los espectadores podrán disfrutar de La red fantasma el 7 de febrero.

Trump aspira a crear la "Riviera de Oriente Medio" en la Franja de Gaza mientras continúa la visita de Benjamín Netanyahu en Washington. En el punto de mira de la reforzada alianza entre Trump y Netanyahu está Irán, su enemigo común. En el informativo 24 horas RNE hemos hablado con Ángel Losada, exembajador español en Irán, ha apuntado que, a pesar de la dureza de las palabras de Trump, hay capacidad de negociación. El gran objetivo del estadounidense, ha asegurado Losada, es evitar que Teherán desarrolle armas nucleares. "Hay una presión enorme de Israel, pero EE.UU. se ha dado cuenta de que un ataque contra Irán es un ataque casi suicida", ha recalcado.

"Irán, que ha sido el gran valedor de la causa palestina, se encuentra ahora mismo en una encrucijada", ha dicho Losada. Además, ha explicado cuál es la situación del país tras el 7 de octubre de 2023: "Irán estaba en una situación muy difícil tanto en política interior como económica y como internacional, pero el ataque terrorista ha sido casi una salvación para el Estado iraní."

Antes de la guerra, Gaza era un territorio de calles abarrotadas, bulevares, mezquitas, jardines, escuelas y hospitales. Todo ha quedado arrasado por los ataques israelíes, y es esta tierra la que el presidente estadounidense, Donald Trump, propone reconstruir, pero expulsando a los gazatíes. El rechazo al plan de Trump es absoluto entre las autoridades palestinas, que insisten en que no permitirán que nadie les obligue a dejar sus tierras. El presidente palestino, Mahmud Abás, de visita en Jordania, ha hablado de violación del derecho internacional.

Los países árabes cierran filas y muestran su indignación, además de condenar por el plan del presidente estadounidense. Arabia Saudí, un estado clave en la zona, ha dejado claro que no habrá normalización en las relaciones con Israel —como quiere Trump— sin la creación de un estado palestino. En cambio, en Israel el plan ha sido acogido con entusiasmo por parte del Gobierno de Netanyahu, quien ha dicho que Trump es el mejor amigo que ha tenido nunca el país en la Casa Blanca.

Trump y Netanyahu entran en la sala en un momento crucial para Gaza, en medio de una tregua incipiente y frágil, y el estadounidense anuncia su plan. "Estados Unidos se hará con la franja y haremos nuestro trabajo, seremos los dueños y responsables de desmantelar las armas y la destrucción y levantar un proyecto urbanístico".

Muchas preguntas, pero ninguna respuesta para saber bajo qué autoridad de Estados Unidos se anexionará ese territorio.

Ahora Trump suena como el magnate inmobiliario que solía ser. Dice que creará miles de puestos de trabajo y que Gaza pasará a ser la Riviera de Oriente Medio (suena)

A su lado, Netanyahu sonríe y asegura: "Eres el mejor amigo que Israel ha tenido nunca en la Casa Blanca". Él es el primer líder extranjero que visita a Trump desde que tomó posesión, una visita que el mundo recordará.

Gaza es una estrecha franja costera de 40 kilómetros de largo, rodeada por territorio israelí, salvo en el sur, donde limita con Egipto. Precisamente allí, a Egipto, pero también a Jordania, quiere mandar Trump a todos los gazatíes. Ambos países rechazan el plan, así como los palestinos y el mundo árabe en general. La ONU ya ha indicado que cualquier tipo de deportación y anexión es ilegal, y la oposición ha llegado tanto de China como Rusia y hasta Alemania. El anuncio, en cambio, entusiasma al Gobierno de Tel Aviv y a su ala más radical. La la extrema derecha israelí ha saludado la idea de Trump y ha pedido ponerla en práctica lo antes posible, mientras las principales figuras de la oposición al Gobierno de Netanyahu no la descartan.