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Arabia Saudí ha negado este sábadopor primera vez, cualquier intención de "matar" al periodista disidente Jamal Khashoggi y ha calificado de "mentiras infundadas" las acusaciones de que se ordenó su asesinato en su consulado de Estambul (Turquía). Así lo ha asegurado el ministro del Interior saudí, el príncipe Abdel Aziz Ben Saud Ben Nayef, citado por la agencia oficial saudí SPA.

Khashoggi desapareció en Estambul el pasado día 2 de octubre tras entrar en el consulado de Arabia Saudí en la ciudad turca. Lo hizo para recoger unos documentos que necesitaba para poder casarse con su novia turca, que se quedó esperando fuera del edificio. Desde entonces, no se tiene noticia de su paradero.

El Gobierno de Ankara considera que el periodista fue asesinado allí por un equipo saudí enviado "específicamente" para ello, algo que desmiente Riad. Según el diario estadounidense The Washington Post, el Gobierno turco habría informado a las autoridades de Estados Unidos de que disponía de grabaciones de vídeo y audio que demostrarían que el periodista fue asesinado en el consulado.

El diario oficialista turco Sabah afirma este sábado que "Khashoggi sincronizó el reloj inteligente que llevaba con su teléfono móvil, que dejó (en manos de) su novia antes de entrar" en el consulado y grabó el asesinato, explica el diario, citando "fuentes fiables" de la investigación.

El Gobierno ha trasladado un mensaje de "tranquilidad" a los trabajadores de la planta de Navantia en San Fernando (Cádiz) y les ha prometido una resolución "satisfactoria" al conflicto desatado por la posible decisión de Arabia Saudí a cancelar el contrato firmado con la empresa pública para la construcción de cinco corbetas por 1.800 millones de euros en respuesta al parón español en la venta de armas al país. La portavoz del Gobierno Isabel Celáa ha anunciado que una comisión interministerial está trabajando actualmente en alcanzar una solución al conflicto para mantener las "buenas relaciones" con Arabia Saudí, al mismo tiempo que permita asegurar la carga de trabajo derivada del contrato.

El Gobierno ha paralizado la venta a Arabia Saudí de 400 bombas de precisión, que podría utilizar en Yemen. El departamento de Margarita Robles quiere anular el contrato firmado con Riad en 2015 y va a devolverle los 9 millones de euros que ya ha pagado. Otros países como Suecia, Canadá o Alemania ya han dejado de vender armas a Riad, que lidera una coalición árabe contra los opositories del gobierno yemení.