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Los tunecinos conmemoran este domingo el séptimo aniversario de la revolución que acabó con la dictadura y desató las "primaveras árabes", asfixiados por los mismos problemas económicos que desencadenaron la revuelta y movilizados de nuevo en las calles para exigir una vez más justicia social. Hace siete años, Muhamad Bonazizi, de 26 años, agonizó durante 18 días antes de morir tras prenderse fuego después de que la polícía le confiscase su carrito de verduras. Multitud de personas salieron a las calle a protestar, en lo que sería el inicio de las primaveras árabes.

La activista de derechos humanos Helena Maleno ha recordado este miércoles que España y Marruecos tienen firmada una convención internacional que garantiza la salvaguardia del derecho a la vida en el mar. Maleno está siendo investigada en Marruecos por las llamadas de alerta que hace a Salvamento Marítimo sobre las pateras a la deriva en el Estrecho. La miembro de la ONG Caminando Fronteras tenía que comparecer ante un tribunal pero la vista se ha vuelto a aplazar, esta vez hasta el 31 de enero.

Túnez vive una ola de protestas contra las políticas económicas de recortes y aumento de impuestos del Gobierno, que actúa para satisfacer el déficit y complacer a los prestamistas internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las protestas se iniciaron este pasado lunes en al menos 12 ciudades, incuyendo la capital y los centros turísticos de Susa, Hammamet y Sidi bu Said. En Teburba (40 kilómetros al oeste de la capital), un manifestante murió, según los testigos atropellado por un coche patrulla, lo que ha inflamado aún más los ánimos.

Este martes, 49 policías resultaron heridos y 206 personas fueron arrestadas en enfrentamientos en la capital entre manifestantes y antidisturbios.

Los principales partidos de la oposición han llamado a continuar con las manifestaciones. El primer ministro, Yusef Chahed, que encabeza una coalición de partidos seculares e islamistas, ha pedido calma y ha asegurado que 2018 "será el únio año difícil para los tunecinos".

Hace un año, el gobierno tunecino se comprometió con el FMI a llevar a cabo recortes en la administración y las políticas sociales a cambio de un préstamo a cuatro años por valor de 2.300 millones de euros. Desde entonces, Chahed ha aumentado los impuestos, ha despedido a funcionarios públicos y ha recortado ayudas sociales.

La activista española Helena Maleno ha de comparecer este miércoles, día 10, ante un juzgado marroquí que investiga sus llamadas alertando de las pateras a la deriva en el Mediterráneo. 

Maleno, miembro de la ONG Ca-Minando Fronteras, que vela por los derechos de quienes intentan cruzar a Europa, ha realizado numerosos avisos a Salvamento Marítimo de España para avisar de pateras perdidas en el mar. Las autoridades españolas la acusaron de colaborar con la inmigración irregular y con las mafias de tráfico de personas. La Audiencia Nacional española trasladó el expediente a Marruecos, donde aún no se han presentado cargos.

Maleno fue citada a declarar el pasado 27 de diciembre pero la vista se aplazó a petición de su abogada, que necesitaba más tiempo para preparar la causa.

En una entrevista con TVE, Maleno se muestra tranquila y asegura que no ha cometido ningún delito."Hay una convención internacional firmada por España y Marruecos que garantiza la salvaguarda del derecho a la vida en el mar", recuerda la activista.