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Reino Unido y Estados Unidos sospechan que un "artefacto explosivo" fue el causante del siniestro del avión ruso que se estrelló sobre Egipto este fin de semana y, si bien recalcan que no se trata de conclusiones definitivas, han empezado a tomar medidas: el Gobierno británico ha anunciado que se han retrasado los vuelos hacia el país procedentes de la ciudad egipcia de Sharm el Sheij

Las investigaciones para determinar las causas del siniestro continúan en marcha también en Rusia, en paralelo a los trabajos de identificación de las víctimas, después de que los cadáveres de los 217 pasajeros y siete tripulantes que viajaban en el aparato con destino a San Petesburgo hayan sido trasladados a la ciudad rusa.

La compañía aérea MetroJet (Kogalymavia), propietaria del avión ruso siniestrado en Egipto, ha asegurado este lunes que "la única causa que puede explicarlo es una acción mecánica exterior en la aeronave", ha dicho a los periodistas el vicedirector general de la compañía Alexánder Smirnov. Y ha agregado que "no puede haber tal conjunción de fallos del sistema que lleven a que el avión se desintegre en el aire". Sea cual sea la causa del siniestro, lo que parece claro es que el avión se fragmentó en el aire, a unos nueve mil metros de altura. Los equipos de rescate han ampliado la búsqueda a una superficie de unos 20 kilómetros cuadrados.