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Pilar del Río: "Con 'Alabardas' la obra de Saramago queda completa, es un punto y final"

  • La viuda del Nobel de Literatura presenta esta novela inacabada del escritor
  • Una reflexión sobre la violencia ejercida sobre las personas y sociedades

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Las mañanas de RNE - 'Alabardas', la novela inacabada de José Saramago

El 19 de noviembre de 1936, Madrid era bombardeada sin descanso por la aviación alemana y centenares de civiles murieron víctimas de la barbarie. Pero algunas bombas no llegan a estallar. Habían sido saboteadas por obreros de la industria del armamento que conocían el destino de esos obuses y no querían que explotaran.

Sobre esto gira Alabardas la novela que acaba de ver la luz y que José Saramago no pudo terminar porque antes le llegó la muerte. "Pertenecía a la intimidad y es como si un día por arte de magia el autor volviera y la retomara", ha asegurado en Las mañanas de RNE su viuda Pilar del Río, encargada de la traducción del texto. "Con la publicación de Alabardas la obra de Saramago está completa y esto es un punto y final y asumirlo cuesta".

En este relato el escritor portugués reflexiona desde la ficción sobre una de sus mayores preocupaciones: la violencia ejercida sobre las personas y las sociedades, que las convierte en víctimas y les impide ser dueñas absolutas de sus vidas. Es un canto a favor de la rebeldía y de la conciencia colectiva.

"El protagoinsta Arturo Paz Semedo es un hombre que podríamos ser cualquiera de nosotros, un honesto ciudadano que cumple a rajatabla su trabajo que consiste en que se distribuyan las armas que van a matar a otros, pero el ni siquiera piensa en eso", continúa Del Río. "Saramago quería contar que no nos podemos dejar llevar por la resignación o la indiferencia cuando se está matando en el mundo".

Ante tantos genocidios como hay en el mundo, el Nobel de Literatura portugués tenía una postura muy clara, como nos recuerda Pilar: "Decía, no digamos que no nos enteramos, digamos que el mal se ha banalizado y lo aceptamos".

La novela incluye las notas de trabajo de Saramago, 22 hojas manuscritas en las que el autor plantea cuál sería el final de la historia narrada. Además, se complementa con textos del periodista y escritor italiano Roberto Saviano y del poeta y ensayista español Fernando Gómez Aguilera, y con los grabados del ilustrador Günter Grass.