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Sam Cooke, el hombre que inventó el soul

  • Mrió en 1964 y dejó canciones que iluminaron a Marvin Gaye u Otis Redding
  • Dedicamos una hora en Sonideros este domingo 21 a recordar su legado

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Dicen que cada cinco años hay que volver a contar las grandes historias del pop para que se mantengan vivas en la memoria colectiva. La de Sam Cooke es una de esas grandes historias.

Nacido en Clarksdale, en el estado de Mississippi, el mismísimo epicentro del soul, el 22 de enero de 1931, hijo de un ministro baptista, pronto emigró con su familia a Chicago en busca de un futuro más próspero y tolerante. Allí se educó musicalmente en el coro gospel de la iglesia de su padre y a los 9 años formó su primera banda, The Singing Children, con sus cuatro hermanos.

El arrebato erótico del gospel

Ya adolescente, se unió a The Highway QC’s y en 1950 pasó a formar parte de los legendarios The Soul Stirrers, sustituyendo al vocalista R.H. Harris. Con ellos grabó algunas de las obras canónicas del gospel, pero enseguida entendió que su talento no podía constreñirse al ámbito de la canción religiosa.

En 1956 registró su primer single profano, una recreación del clásico gospel “Wonderful” titulada “Loveable”. Un año más tarde logró su primer gran éxito con “You send me”, una pegajosa balada romántica, lánguida y suavemente cálida, que allanó el camino para el desarrollo del soul.

"Un caso único e irrepetible"

De él dijo el cazatalentos y productor de Atlantic Records Jerry Wexler: “Sam Cooke es el mejor cantante que haya vivido jamás. Es incontestable. La oigo cantar y aún no puedo creer que hiciese lo que hacía, algo siempre fresco, sorprendente. Tenía un control absoluto, utilizaba su voz como un instrumento, su melisma, que era su sello personal, todo en él era perfecto. Fue un caso único e irrepetible”.

"A change is gonna come"

Lo demás ya es bien conocido. Las baladas suplicantes (“For sentimental reasons”), los caramelos de soul caribeño (“Everybody loves to cha cha cha”), las dolorosas epopeyas de amor adolescente (“Only sixteen”), las memorables tormentas emocionales (“Wonderful World”), los genuinos primeros clásicos mayores del soul (“Cupid”, “Chain gang”, “Twistin’ the night away”, “Shake”, “Bring it on home to me”), los himnos premonitorios de la emergente conciencia civil afroamericana (“A change is gonna come”).

Canciones mágicas que alumbraron el camino de solistas como Marvin Gaye, Smokey Robinson, Otis Redding, Solomon Burke y Al Green, entre otros.

SAR Records

Además, a principios de los años 60, Sam Cooke tuvo el arrojo y la clarividencia de fundar su propia editora (Kargs Music) y su propio sello discográfico (SAR Records), entonces un genuino gesto revolucionario de independencia que abriría el camino a futuras aventuras empresariales de artistas negros como Otis Redding, Curtis Mayfield, James Brown, Quincy Jones o Prince. Empresas en las que Cooke acogió e impulsó la carrera de grupos y solistas de gospel y de futuras estrellas del soul como Johnny Taylor, Bobby Womack o Lou Rawls.

Su muerte a destiempo, el 11 de diciembre de 1964, marcó una trágica línea quebrada en el devenir del soul, pero su herencia permanece lúcida y vivificante casi seis décadas después. En Sonideros recordamos este domingo su legado y su influencia artística.