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Cine

La historia arrinconada de las mujeres cineastas

  • Women make film, la monumental serie documental de Mark Cousins, se proyecta en Madrid y Barcelona

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La directora francesa Jacqueline Audry (1908 - 1977).
La directora francesa Jacqueline Audry (1908 - 1977).

Cinéfilo no alcanza para calificar a Mark Cousins (Coventry, 1965). El director británico exhibe con orgullo sus brazos tatuados con nombres de cineastas. Como Forugh Farrojzad, por ejemplo: murió en 1967 con 32 años, pero antes le dio tiempo a inaugurar una cinematografía tan importante como la iraní. “La mayoría de las cinematografías tienen padres fundadores, Irán tiene una madre fundadora”. Si su nombre no te suena, Cousins quiere que te enfades por ello.

Cousins, autor de la monumental serie documental La historia del cine: una odisea, repite la jugada en Women make film, profundizando en algo que ya apuntaba en su trabajo anterior: la historia del cine está sexualmente escorada. Las catorce horas de su nueva serie podrán verse esta semana en la Cineteca del Matadero de Madrid y el Cine Méliès de Barcelona.

“La ignorancia es tu mejor amiga: lo que no sabes, te mantiene vivo”, dice Cousins que lleva años explorando la cinematografía de cada país para ensanchar el canon mundial. “Llega un momento en que te enfadas. Tus amigos te hablan de Orson Welles, Kurosawa, Tarkovsky. Y me encantan, pero, ¿qué pasa con Malvina Urseanu, Moufida Tlatli, Larisa Shepitko o Kinuyo Tanaka? No es que sean mujeres: es que son grandes cineastas cuyo trabajo ha sido olvidado”.

Su documental está planteado como una road-movie, en la que figuras como Tilda Swinton o Jane Fonda hacen de narradoras que ilustran, en realidad, aspectos prácticos del cine: cómo empezar una película, cómo presentar un personaje, qué técnicas elegir. Cousins lo llama “una clase de cine en la que solo hay profesoras: una escuela de Venus”.

Lo de Cousins no es documentar la historia, sino experimentarla. Su método es espigar las secuencias más poéticas de las cineastas, momentos de cine puro que le sirven para glosar, por ejemplo, a Kira Muratova, cineasta ucraniana de la época soviética a la que compara con David Lynch.

“Hay muchas razones por la que han sido olvidadas. Muchas trabajaban fuera del sistema y no había dinero para promocionar sus películas. También influye que las empresas distribuidoras las han llevados hombres y, no es que sean deliberadamente misóginos, sino que respondían más a historias sobre hombres”, explica Cousins. “También sucede que muchas son de países de la órbita comunistas –cuya censura además sufrieron- y luego fueron rechazadas por los países capitalistas”.

Cousins ataca generalizaciones que se asocian al cine realizado por mujeres. A saber: hacen películas sobre relaciones, amistad o amor; o las cineastas son de izquierdas. “No son ciertos. Hombres y mujeres tenemos que cambiar nuestra mentalidad y huir de los estereotipos”.

Y apunta a los programadores de festivales como parte de la solución del sesgo de género. “Creo firmemente en las cuotas para seleccionar las películas. Uno de los argumentos en contra es que promocionarían películas de mujeres sin calidad, pero toda la vida hemos visto muchas películas de relleno en los festivales firmadas por hombres. La cuota no va de empobrecer los festivales, sino de ampliar la búsqueda”, defiende.

Mark Cousins, director de 'Woman make film'. Avalon

Women make film también recorre el panorama actual, con cineastas como Mia Hansen Love, Lynne Ramsay, Lucrecia Martel o Céline Sciamma. ¿Está cambiando algo? “En EE.UU. y Europa, el escándalo Weinstein y el #metoo ha forzado los cambios en la industria. En otros países, como Irán o los nórdicos, la cosa va bien”, desgrana.

Pero sí tiene que elegir una cineasta, Cousins no duda: “La italiana Alice Rohrwacher (Lazzaro feliz). Es maravillosa, joven pero lleva realmente dentro el cine. Sus películas perecen realismo social y de pronto entran en otro reino. Es como si condujera un coche y encontrase una marcha extra”.