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Descubren la vida íntima de las ballenas en la Antártida colocando cámaras en su lomo

  • El experimento se ha centrado en las especies jorobada y minke
  • Los dispositivos han registrado sus movimientos e inmersiones
  • Por el día descansan y se socializan, mientras que por la noche se alimentan

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Imagen cercana de una ballena en la Antártida.
Imagen cercana de una ballena en la Antártida.

Unas diminutas cámaras colocadas en el lomo de varias ballenas de las especies jorobada y minke desvelan algunos misterios sobre sus hábitos alimenticios y su vida en la Antártida, según han informado fuentes científicas en Australia.

Para este proyecto, un grupo de científicos australianos y estadounidenses han colocado en un grupo de ballenas en la Península Antártica unos dispositivos digitales no invasores con sensores tridimensionales de movimiento y una cámara. Estos dispositivos, que cada ejemplar ha portado entre 24 y 48 horas, registran los movimientos de las ballenas así como el tiempo y la profundidad de cada inmersión.

Según los estudios gran cantidad de ballenas parecen congregarse en lugares como la bahía Wilhelmina, la ensenada Cierva, la bahía Fournier y el canal Errera, para alimentarse durante semanas.

“Las cámaras muestran el método de alimentación que utilizan las ballenas jorobadas en esta área de la Antártida, incluyendo cómo se hinchan al alimentarse de los enjambres de krill“, explica Mike Double, investigador de la División Australiana Antártica (AAD, siglas en inglés), en un comunicado de su institución.

La información permite reconstruir la forma en la que las ballenas se alimentan debajo del agua y determinar “si los cambios en la población de krill por el cambio climático, la pesca comercial o la acidificación del océano puede impactar en las ballenas en el futuro”, dijo el experto estadounidense Ari Friedlaender.

Científicos colocan un dispositivo digital no invasor en una ballena en la Antártida, el pasado mes de marzo.

Científicos colocan un dispositivo digital no invasor en una ballena en la Antártida, el pasado mes de marzo. EFE

Ballenas minke

Otra de las investigadoras que participó en el estudio, Elanor Bell, remarca que la información es valiosa en la medida en que se conoce poco sobre los patrones de alimentación de las ballenas minke. “Las minke son más rápidas y escurridizas que las ballenas jorobadas y a menudo buscan alimentos en áreas con mucha agua congelada. Esto hace más difícil que nos podamos acercar para desplegar equipos de rastreo“, comenta.

Las cámaras también han captado imágenes sobre la vida social de las ballenas y la fuerza con la que exhalan para limpiar las aguas congeladas y poder respirar, informa en un comunicado la filial australiana del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, siglas en inglés), que apoyó el estudio.

“Hemos podido apreciar que las ballenas destinan mucho tiempo durante el día a la socialización y al descanso mientras que se alimentan en gran medida por las noches”, comenta Friedlaender.

Imagen tomada desde uno de los dispositivos colocados en el lomo de una ballena, en la que se ve a los cientificos australianos.

Imagen tomada desde uno de los dispositivos colocados en el lomo de una ballena, en la que se ve a los cientificos australianos. EFE

Protección de las áreas de alimentación

Este estudio ha sido auspiciado por la Comisión Ballenera Internacional y la Asociación de Investigación del Océano Antártico (IWC-SORP, siglas en inglés) para mejorar la protección de las áreas de alimentación de las ballenas.

El director de la sección de Ciencias Oceánicas de WWF-Australia, Chris Johnson, destaca la necesidad de tener santuarios marítimos “para proteger a las especies y permitir que los hábitats sean más resistentes y prosperen en el futuro”.