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Estrés, depresión o pérdida del habla, las consecuencias irreversibles de seis años de guerra en los niños sirios

  • Save the Children presenta su informe "Heridas invisibles"
  • Dos de cada tres niños han visto morir violentamente a un familiar o conocido
  • El 78% sienten pena y extrema tristeza durante todo o casi todo el tiempo
  • A largo plazo aumenta el riesgo de suicidios y abuso de sustancias

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Niños sirios que huyeron de sus casas por los enfrentamientos entre el EI y el ejército sirio en el campo de Kharufiyah a 18 kilómetros al sur de Manbij.
Niños sirios que huyeron de sus casas por los enfrentamientos entre el EI y el ejército sirio en el campo de Kharufiyah a 18 kilómetros al sur de Manbij.

Tras seis años de guerra, los daños psicológicos que sufren los niños sirios están llegando a un nivel en el que podrían convertirse en irreversibles si no reciben ayuda inmediata.

Es una de las conclusiones del informe "Heridas invisibles" que ha presentado este martes Save the Children. Un documento que, según recoge la organización, "demuestra que muchos niños están viviendo en un estado casi constante de miedo, aterrorizados por bombardeos, ataques aéreos y la violencia en curso, con consecuencias psicológicas devastadoras".

El dossier revela datos estremecedores, como que dos de cada tres niños sirios han visto morir violentamente a un familiar o a un conocido, o que el 84% de los adultos encuestados y casi todos los menores afirman que los continuos bombardeos y el fuego de artillería es "la banda sonora diaria" que soportan.

El informe se basa en entrevistas realizadas a más de 450 niños, adolescentes y adultos sirios en siete de las catorce regiones de Siria entre diciembre del 2016 y febrero del 2017, lo que le convierte en el mayor estudio de este tipo que se ha elaborado durante el conflicto.

Estrés tóxico

Los expertos en salud mental consultados por Save the Children explican que los niños sufren un estado de "estrés tóxico", definido como la "forma más peligrosa de reacción al estrés" y que se da cuando los niños experimentan el peligro de una forma tan dura, frecuente y prolongada como la violencia extrema que se produce en el conflicto de Siria. "La respuesta a este estrés tóxico puede tener un impacto para toda la vida sobre la salud mental y física", ha advertido la ONG.

La mitad de los seis millones de niños sirios nunca o rara vez se sienten seguros en el colegio, por lo que muchos han dejado de ir a clase y un 40% de los menores encuestados no se sienten seguros jugando al aire libre y el 78% de los niños sienten pena y extrema tristeza durante todo o casi todo el tiempo. Además, casi todos los adultos han señalado que los niños se han vuelto más nerviosos o temerosos a medida que la guerra parece no tener fin.

El doctor Nabil Sayed Ahmad ha destacado durante la presentación que el terror de la guerra genera casos de incontinencia urinaria entre los niños, incluso en mayores de 14 años, y ha advertido de que el estrés "tóxico" que sufren puede volverse irreversible. El insomnio, la pérdida del habla, la convulsión ante cualquier ruido inesperado o la irritabilidad y el mal humor son otras secuelas que padecen estos menores que, en el caso de quienes llegan a Europa, se confunden con una falsa agresividad.

"¿Qué pasa si no llego a ser nada en la vida?"

Zeinab, una niña de doce años que ahora vive en un campamento para desplazados en la ciudad siria de Hasaká, ha mostrado su temor por las consecuencias que pueda tener la guerra en su futuro. "Cuando llegó la guerra todos los niños sirios olvidamos todo lo aprendido y ahora no conocemos nada más que la guerra. Siento que he visto cosas terribles. Perdí dos años de colegio y mi hermano apenas ha estudiado. ¿Qué pasa si todos estos años pasan y no llego a ser nada en la vida?", ha explicado.

La experta en protección y salud mental infantil de la Universidad de Harvard Alexandra Chen ha asegurado que el conflicto tendrá un "impacto devastador y prolongado en la salud mental y física de estos niños". Según ha explicado, "la exposición prolongada al conflicto puede afectar al desarrollo del cerebro y otros órganos y aumentar el riesgo de padecer en la edad adulta enfermedades cardíacas, abuso de sustancias, depresión y otros trastornos de salud mental".

Dos niños llenan los sacos de trigo en la ciudad de al-Bab, en el norte de Siria.

Dos niños llenan los sacos de trigo en la ciudad de al-Bab, en el norte de Siria. REUTERS/Khalil Ashawi

Save the Children ha asegurado que los niños pueden llegar a recuperarse de experiencias traumáticas con el apoyo adecuado e intervenciones tempranas cuando termine la guerra pero también ha recordado uno de cada cuatro niños entrevistados sostiene que rara vez o nunca tienen un lugar al que acudir o alguien con quien hablar cuando están asustados, tristes o enfadados.

Una tragedia que, según el director general de Save the Children en España, Andrés Conde, "no podemos permitir que continúe. Podemos terminar con el estrés tóxico que muchos niños están sufriendo si se detiene el bombardeo en áreas civiles y el apoyo psicológico llega a todos los niños que lo necesiten", ha considerado.

Por ello, la organización ha hecho un llamamiento para que se alcance un alto el fuego inmediato en Siria y un acuerdo para poner fin a la violencia y ha reclamado que se alcance un nuevo compromiso global de los donantes internacionales para invertir en programas de salud mental y en el bienestar de los niños en emergencias, "incluyendo fondos suficientes para cubrir los servicios de salud mental y la programación psicosocial dentro de Siria".

¿Qué hay en la bolsa?

Durante la entrevista, la organización dio a los niños una bolsa para que imaginaran cualquier cosa que les hiciera sentir mejor, más felices o más seguros. Entre las respuestas, la más común giraba en torno a la seguridad, la protección y la paz, mientras que el colegio y los libros también fueron mencionados con frecuencia, mientras que muchos niños y niñas eligieron traer de vuelta a sus familiares o amigos que habían muerto o huido.

-“Asesinaron a mi padre y me gustaría traerle de vuelta porque hacía que mi vida fuera buena. Hacía mi vida feliz”. Ashraf, grupo de 8–11 años, Ghouta Oriental.

-“Quiero una escuela y profesores que nos enseñen y muchos estudiantes, así estaremos felices y obtendremos una educación y leeremos y aprenderemos”. Arwa, grupo de 15-17 años, Alepo rural.

También les plantearos la posibilidad de poner en la bolsa cualquier cosa de la que quisieran deshacerse.  Niños y niñas de todos los grupos de edad eligieron de forma abrumadora poner en la bolsa armas como aviones, bombas, fusiles y misiles. Incluso los niños y niñas de menor edad, eligieron con mucha frecuencia partes específicas del conflicto y países que sienten que están alimentando la guerra.

-“Hay bombas que no hacen tictac, así que los niños juegan con ellas sin saber que explotan. Así que las pondría en la bolsa, para que no hagan daño a los niños”.  Omar, grupo de 15-17años, Alepo rural.

-“Todas las armas, para que Siria sea un sitio seguro”. Aisha, grupo de 8-11 años, Alepo rural.

-“Pondría cualquier cosa que dé miedo y y que sea para la guerra”.  Fadi, grupo de 15-17 años, Ghouta Oriental.