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La Policía italiana recupera dos cuadros de Van Gogh robados en 2002

  • Son Vista de la playa de Scheveningen y Salida de la iglesia de Nuenen
  • Los han hallado en Nápoles, según el Museo Van Gogh en Amsterdam
  • Han aparecido sin su marco, pero sin haber sufrido daños
  • Aún se desconoce cuándo volverán al museo

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Los cuadros Vista de la playa de Scheveningen (1882) y Salida de la iglesia de Nuenen (1884), robados en 2002.
Los cuadros Salida de la iglesia de Nuenen (1884) y Vista de la playa de Scheveningen (1882), robados en 2002.

La Guardia di Finanza italiana (policía financiera) ha anunciado este viernes la recuperación en Nápoles dos obras del pintor holandés Vincent Van Gogh (1853-1890), según ha confirmado el Museo Van Gogh en Amsterdam, de donde fueron robados en 2002.

Las obras, La playa de Scheveningen al desatarse la tormenta (1882) y La iglesia protestante de Noenen (1884), habían sido sacadas de sus cuadros, aunque no habrían sufrido daño alguno.

Aún queda por aclarar cuándo serán devueltas al museo estas dos obras de la primera etapa de la carrera del pintor.

El robo se produjo el 7 de diciembre de 2002 en el Museo Van Gogh de Amsterdam y en el hurto desaparecieron además otras pinturas.

Algunos miembros de la banda del robo fueron detenidos

La policía italiana ha precisasdo que algunos de los componentes de la banda que robó los cuadros habían sido detenidos hace algún tiempo,  pero se desconocía el paradero de las obras.

Las dos obras de Van Gogh fueron halladas en un local de Castellammare di Stabia (cerca de Nápoles, sur de Italia) durante una operación contra la mafia.

El primero de los cuadros representa a los feligreses saliendo del templo donde el padre de Van Gogh ofició como pastor y fue pintado por el artista en 1884 para su madre, que acababa de romperse una pierna.

La playa de Scheveningen al desatarse la tormenta es un lienzo de pequeñas dimensiones (34,5 por 51 centímetros) que representa una escena del litoral cercano a La Haya, con un mar bravío y un cielo tenebroso.

El artista tuvo que luchar contra los elementos para pintar esta obra del natural y algunos de los granos de arena que arrojaba el vendaval sobre la tela húmeda todavía se conservan incrustados en ella.