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Afganistán eleva a 64 el número de muertos en el ataque suicida de Kabul

  • La mayoría son civiles y también hay 347 personas heridas
  • Los servicios de inteligencia acusan a un grupo vinculado a los talibanes
  • Es el primer gran ataque tras el lanzamiento de la"ofensiva de primavera"

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Un joven llora al saber que un familiar está entre los fallecidos de un atentado con bomba cerca del Ministerio de Defensa en Kabul (Afganistán).
Un joven llora al saber que un familiar está entre los fallecidos de un atentado con bomba cerca del Ministerio de Defensa en Kabul (Afganistán).

El Gobierno afgano ha informado de que ya son 64 las personas muertas como consecuencia del atentado con un camión bomba registrado este martes en Kabul, mientras que el número de heridos se eleva a 347.

"Desafortunadamente 64 personas, en su mayor parte civiles, murieron y 347 están heridas", ha indicado en rueda de prensa el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Sediq Sediqi.

Los talibanes asestaron este martes un duro golpe al Gobierno de Ashraf con un atentado dirigido contra los servicios de inteligencia afganos, en su primer gran ataque tras el lanzamiento de la denominada "ofensiva de primavera" hace una semana.

Los talibanes han asestado este martes un duro golpe al Gobierno de Ashraf Gani con un atentado que ha dejado 30 muertos y más de 300 heridos en Kabul y que iba dirigido contra los servicios de inteligencia afganos, en su primer gran ataque tras el lanzamiento de la denominada ofensiva de primavera.

La principal agencia de inteligencia de Afganistán, el Directorio de Seguridad Nacional (NDS, en inglés), ha responsabilizado al grupo yihadista red Haqqani (vinculado a los talibanes). "Las investigaciones iniciales muestran que la red Haqqani estuvo detrás del ataque en Kabul", ha dicho en rueda de prensa el jefe del NDS para la capital afgana, Omar Azizi.

Ha detallado que el grupo de insurgentes que perpetró el ataque estaba "regularmente en contacto" con varios grupos en Pakistán, donde reside la cúpula de la red, responsable de algunos de los ataques más mortíferos contra las tropas aliadas en Afganistán.

Aumenta la seguridad en las grandes ciudades

El atentado se produjo a primera hora del día en una zona de aparcamientos y tiendas de reparación de vehículos situada en un área de alta seguridad de la capital afgana.

El lugar estaba ubicado pared con pared con el destacamento encargado de la seguridad de altos oficiales de las Fuerzas Armadas y del Gobierno.

El jefe del Departamento de Emergencias del Ministerio de Interior afgano, Homayoon Aini, ha asegurado que el atentado iba dirigido, precisamente, contra los servicios de inteligencia afganos.

Este miércoles Sediqi ha indicado que ese ministerio ha dado instrucciones a toda la Policía para que incremente las medidas de seguridad en las grandes ciudades a fin de garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Ofensiva en medio del diálogo de paz

El atentado se produjo en momentos en que el Gobierno afgano trata de mantener viva a duras penas la oferta de diálogo a los grupos insurgentes del país y una semana después de anunciar su primer plan quinquenal de combate para hacer frente a un conflicto de larga duración.

El anuncio estuvo acompañado por la advertencia de que el Ejecutivo combatirá con toda su fuerza a los insurgentes que no acepten el diálogo lanzado en enero con apoyo del G4 que integran Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China para acabar con casi quince años de guerra desde la invasión del país en 2001 por las tropas estadounidenses.

La oficina del jefe de Gobierno afgano, Abdulá Abdulá, anunció que éste ha suspendido temporalmente una visita a Pakistán que, según su gabinete de prensa, llevaba planeando dos años, con lo que renovó las acusaciones de Kabul a Islamabad por el apoyo a los talibanes.

Dos equipos conjuntos de la agencia de inteligencia y la Policía afganas están tratando de esclarecer los detalles del atentado y, según Rahimi, la investigación concluirá pronto.

La red Haqqani

Se cree que la red Haqqani, incluida desde 2012 en la lista negra de organizaciones terroristas de Estados Unidos, es gestionada en la actualidad por Sirajudín Haqqani, nombrado en julio de 2015 como uno de los lugartenientes del líder talibán, mulá Mansur.

La red fue creada en la década de 1980 por el padre de Haqqani, Jalaluddin, que ejerció de ministro durante el Gobierno talibán en Afganistán entre 1996 y 2001 y que perdió a tres de sus diez hijos en ataques de drones estadounidenses y a un cuarto en un tiroteo en Islamabad