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Kellerhoff: "'Mi lucha' ya no es peligroso, pero sí el pensamiento básico de Hitler"

  • El periodista analiza la reedición de la biblia del nazismo, recibida con gran interés en Alemania
  • En Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX desmonta varios mitos asentados
  • Mein kampf vendió 12,4 millones de ejemplares, cuyos impuestos evadió Hitler

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"Mi lucha" de Hitler vuelve a las librerías alemanas, tras setenta años
Un ejemplar original de 'Mein Kampf', de Adolf Hitler, en una libería de Fáncfort (Alemania).

A finales de este febrero saldrán a la venta en Alemania 10.000 nuevas copias de Mi lucha, de Adolf Hitler. Y es que, en apenas un mes, desde que el 8 de enero se volviera a publicar la biblia del pensamiento nazi en el país germano tras su prohibición durante 70 años, la edición crítica de Mein Kampf del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich ha vendido ya 14.000 ejemplares.

"Los alemanes están reaccionando con gran interés", asegura a RTVE.es uno de los mayores expertos mundiales en Hitler, el historiador y periodista Sven Felix Kellerhoff, autor de Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX (Crítica, 352 páginas, 21,90€), publicado en España hace un mes, y que también ha generado una gran expectación en Alemania -donde va por la tercera edición en cinco meses- y fuera -incluso se va a traducir al chino-.

'Main Kampf', el ideario político de Adolf Hitler vuelve a las librerías tras 70 años de prohibición. El libro escrito por el dictador nazi se reedita en Alemania pero se trata de una edición crítica, con comentarios de un grupo de historiadores con vocación didáctica.

El mito de la prohibición de Mi lucha

En su propio libro, Kellerhoff desmiente algunos mitos y leyendas respecto a la biblia de Hitler, como que estuviese totalmente prohibida: la posesión de ediciones originales de Mein Kampf no ha estado prohibida durante estos 70 años, en los que el Estado federado de Baviera, titular de sus derechos de autor, sí que vetó su reedición hasta que estos expiraron el 31 de diciembre de 2015.

Para este periodista de Die Welt, "probablemente fue correcto prohibir" el libro en los años 40 y los 50, tras el fin del nazismo, incluso en los 60 y los 70, pero cree que el Estado de Baviera cometió un "error" al no levantar el veto en los años 80, aprovechando el cambio generacional. Además, en su opinión, si el Gobierno bávaro hubiese permitido la publicación de una edición científica en los 90, hoy habría un gran número de estudios e investigaciones al respecto. De hecho, sostiene, esta prohibición fue claramente perjudicial para los investigadores, de los que pocos pudieron trabajar directamente con un ejemplar original.

Precisamente, el primer contacto de Kellerhoff (Stuttgart, 1971) con el libro fue en los años 80, en casa de unos amigos, y en 1993, con apenas 22 años, tuvo su primer ejemplar -una copia de 1939-. Para entonces, el periodista había hecho un Master de Historia, tras lo que empezó a escribir libros y a publicar artículos sobre Hitler, trabajo de más de 20 años que ha culminado con Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX.

Un libro inofensivo a día de hoy

Portada de 'Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX', de Sven Felix Kellerhoff. EDITORIAL CRÍTICA

"El contenido de Mi lucha no es peligroso hoy en día, porque la situación es muy diferente. Los mitos y tabús generados alrededor del libro por su prohibición, tampoco lo son ahora. Más peligrosa es la idea básica del pensamiento de Hitler de que hay respuestas simples a cuestiones difíciles. Por ejemplo, que el 'judío' o el 'refugiado' es culpable. Esto es siempre falso, pero ¡cada vez más gente lo cree! Veo ahora un gran riesgo en nuestra democracia", advierte Kellerhoff en una entrevista con RTVE.es.

Además de desmontar los supuestos peligros de la biblia del nacionalsocialismo, el periodista y escritor también demuestra cómo Hitler falseó el origen de su antisemitismo radical, pese a que en las 780 páginas de Mi lucha puedan leerse hasta 700 expresiones de odio a los judíos, pues ni durante su juventud en Viena ni mientras prestó servicio en la I Guerra Mundial dio muestras de ello. No sería hasta 1919 cuando se convirtió en un antisemita convencido, seis años antes de que se publicase el primer volumen de Mi lucha en 1925, que escribiría durante su estancia en prisión condenado tras su fallido golpe de Estado de 1923. El segundo volumen se publicó en diciembre de 1926.

Un fracaso de ventas inicial

Kellerhoff también pone datos sobre la mesa para demostrar que Mein kampf fue inicialmente un fracaso de ventas: hasta finales de 1928 solo se habían vendido 23.000 ejemplares, lo que achaca en parte a su alto precio -24 marcos de entonces, equivalentes a unos 450 euros de hoy-; en 1930 saldría a la venta una "edición popular" al precio de 8 marcos -140 euros de hoy día-, y las ventas empezaron a multiplicarse hasta alcanzar los 120.000 ejemplares. De cualquier manera, hasta finales de 1932, se habían vendido 225.000 ejemplares, lo que quiere decir que solo uno de cada 60 votantes de Hitler tenían un ejemplar, explica el historiador y periodista, que señala que fue con la llegada al poder de Hitler en 1933 cuando las ventas se dispararían a razón de un millón al año.

Hubo dos intentos serios de promover aún más las ventas del libro con Hitler ya en la Cancillería a través de su introducción obligatoria en las escuelas -que no llegó a producirse- e invitando a los registros civiles a que entregaran a cada pareja de recién casados un ejemplar como regalo de bodas, aunque "solo seis de las 20 ciudades más grandes de Alemania lo hicieron", explica el periodista de Die Welt.

Hasta el momento de su prohibición, se habían vendido la nada desdeñable cifra de 12,4 millones de ejemplares. En cuanto a lectores, Kellerhoff estima hasta 1945 uno de cada cinco alemanes había leído Mi lucha.

Por las ventas del libro se calcula que Hitler percibió más de 12 millones de marcos, cuyos impuestos además evadió en su mayor parte, desvela el historiador. Para 1934, el líder nazi tenía una deuda con Hacienda de más de 400.000 marcos, que se le perdonaría, y, a partir de 1935, el Fürher no volvió a pagar ni un solo marco de impuestos, ni por su libro ni por su cargo de canciller.

Hilter en un desfile en uma imagen de archivo. EFE

¿Un Hitler en el siglo XXI?

Tras todos estos años investigando sobre él, este experto describe a Hitler como una persona "muy inteligente", pero "un pobre hombre desde el punto de vista intelectual", que estaba "lleno de odio y era carismático, pero carente de humanidad".

Pero, ¿podría hoy llegar al poder en Europa un hombre como Hitler?: "Un hombre exactamente como Hitler no tendría oportunidad, pero ¿un hombre sin respeto, lleno de odio que podría jugar con las diferentes circunstancias de los medios y la sociedad actuales? ¿Una mezcla de Jörg Haider y Victor Orban pero con la energía de Hitler y su instinto por los miedos y los sentimientos de la gente? Por favor, miren a Hungría, a Polonia o a Donald Trump en los EE.UU. o, por supuesto, al fabricante de guerras Putin en el Kremlin... En este momento soy muy pesimista sobre el futuro de la paz y la democracia", concluye Kellerhoff.

HUNGRÿA INVESTIGA DESDE 2011 AL PRESUNTO CRIMINAL NAZI LÿSZLÃ

Imagen de archivo de prisioneros húngaros llegado al campo de concentración de Auschwitz. EFE/Str

Mi lucha no inspiró las cámaras de gas

Otra leyenda que Kellerhoff desmiente en Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX es que la biblia del nazismo inspirase el método del exterminio masivo de judíos mediante gaseamiento. "Hay un pasaje terrible en Mi lucha que cito en mi libro -"Si al principio de la guerra y durante toda la contienda se hubiese expuesto a un gas tóxico a doce mil o quince mil miembros de este pueblo hebreo degenerado, como se expuso en el frente a cientos de miles de nuestros mejores trabajadores alemanes de todas las clases y profesiones, los millones de víctimas de la campaña militar no habrían caído en vano"-, pero hay ningún vínculo entre esta terrible frase y el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau", asegura a RTVE.es.

"Hitler no estuvo directamente implicado en el método de exterminio", añade este periodista e historiador, que sostiene en su libro que no hay ni un solo indicio de que el líder nazi diese alguna vez instrucciones detalladas para que los escuadrones de la muerte cometieran los gaseamientos de judíos y solo el jefe de las SS, Heinrich Himmler, fue el único dirigente del Tercer Reich que vio con sus propios ojos los gaseamientos. No obstante, aclara el autor, aunque "Hitler no concretase los detalles técnicos del genocidio, es evidente que recibió información de los métodos que se estaban aplicando".