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La convivencia con la UE y Escocia, el 'nudo gordiano' de la nueva legislatura de Cameron

  • El primer ministro convocará el referéndum sobre la UE en dos años
  • Escocia es la más europeísta de todas las naciones de Reino Unido
  • El SNP podría buscar la independencia si el Reino Unido sale de la UE

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El primer ministro británico, David Cameron, abandona el número 10 de Downing Street acompañado de un soldado
El primer ministro británico, David Cameron, abandona el número 10 de Downing Street acompañado de un soldado

La incuestionable victoria de David Cameron en las elecciones en el Reino Unido pone al primer ministro en la difícil tesitura de deshacer el nudo europeísta. El primer ministro británico ha confirmado que celebrará el referéndum sobre la salida o permanencia del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Sin embargo, Cameron tiene que tener en cuenta el aplastante resultado del Partido Nacionalista Escocés, abiertamente europeísta, quien puede amenazar con la independencia si Reino Unido decide en ese plebiscito la salida de la UE. El doble reto, el europeísta y el escocés, prometen ser uno de los más difíciles de resolver de la nueva legislatura.

Consciente de la importancia del asunto, el triunfante primer ministro se ha confirmado su compromiso de convocar un referéndum sobre el futuro Reino Unido en la Unión Europea en su intervención tras celebrar una audiencia con la reina Isabel II en el palacio de Buckingham: “Es necesario”, ha enfatizado.

En 2013 Cameron anunció que convocaría dicho plebiscito antes de 2017 tras unas negociaciones con la UE. Según esto, los británicos podrían elegir entre permanecer en la UE o salir de ella después de que su Gobierno haya negociado una profunda reforma dirigida a favorecer los intereses británicos y devuelva a Londres poder en áreas como la inmigración y la regulación del mercado financiero, competencias que ahora dependen de Europa.

La irrupción en las pasadas elecciones europeas del eurófobo UKIP, especialmente combativo en materias de inmigración, ha presionado a Cameron a endurecer sus posiciones respecto a estas materias.

La CE, abierta a la negociación

La Comisión Europea (CE) se ha mostrado este viernes abierta un diálogo constructivo y amistoso con Cameron, aunque no parece dispuesta a permitir modificaciones sustanciales.

"El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, está abierto a escuchar las propuestas del Reino Unido y a mantener un diálogo constructivo y cordial", ha señalado el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, a la luz de los resultados de las elecciones en el Reino Unido.

A propósito de las propuestas de Cameron de modificar el encaje del Reino Unido en la Unión y su voluntad de llevar a cabo un referéndum sobre la pertenencia del país a la UE, el portavoz se refirió a la entrevista dada por Juncker el pasado 28 de abril en la que el luxemburgués se mostró a favor de llegar a un "acuerdo justo" con Londres.

En aquella ocasión, Juncker también abrió la puerta a cambios "menores" de los tratados europeos. Sin embargo, el presidente de la CE advirtió de que no aceptará en esas modificaciones cambios que afecten a las cuatro libertades fundamentales de la UE, incluida la libertad de movimiento y trabajadores, que podría entrar en contradicción con los planes de reforma legislativa de Cameron para limitar los derechos de los inmigrantes comunitarios que trabajan en Reino Unido. "Las cuatro libertades son innegociables", ha señalado su portavoz Schinas.

La cuestión europea y la escocesa, entrelazadas

La promesa de celebrar un referéndum sobre la pertenencia o no del Reino Unido puede suponer un problema para el cumplimiento de la otra gran referencia que ha hecho Cameron en su discurso: mantener el país unido. Y es que, ciertamente, Cameron no puede ignorar la fuerza del Partido Nacionalista Escocés (SNP) que se ha convertido en la tercera fuerza en el Reino Unido y que es marcadamente europeísta.

Frente a quienes temen que el SNP aproveche su influencia para promover un nuevo referéndum, Sturgeon ha negado que esta sea su intención y ha señalado que no toma los votos recibidos "como votos por la independencia", sino que son "para que la voz de Escocia se oiga más fuerte". Sin embargo, si las circunstancias cambian sustancialmente, eso se podría revisar.

Muchos expertos señalan que la cuestión europea y la escocesa están entrelazadas. La propia líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, ya ha sugerido que el impacto de la salida de la UE en la economía escocesa sería "desastroso" y ha dejado la puerta abierta a un segundo referéndum de independencia en el caso de que eso ocurriera.

Para los analistas, el riesgo es elevado. "Si Escocia vota por seguir en la UE, pero el resto de Reino Unido quiere salir, la presión para romper el país se incrementaría todavía más", señala el experto del Simon Wells, economista de HSBC.

Cameron ha señalado que tan amplia mayoría le permitirá cumplir con "todas" las promesas contenidas en su programa electoral.  Gestionar la convivencia con la Unión Europea y Escocia será uno de los grandes retos de la nueva legislatura.