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'Forever Now', el nunca jamás del arte en el MoMA

  • La muestra Forever Now reúne 90 obras de 17 artistas contemporáneos
  • Podrá visitarse entre el 14 de diciembre y el 5 de abril
  • Ofrece el concepto de "atemporalidad" detectado en el arte reciente del s. XXI

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Joe Bradley "Abelmuth" (2008)
Joe Bradley "Abelmuth" (2008)

Eliminar el tiempo es imposible a menos que se logre la inmortalidad, cosa que en el arte equivale a genialidad, una circunstancia infrecuente. Un sucedáneo que quizás pueda servir es desprenderse de los rasgos que remiten a una época o moverlos de sitio, como el que desordena las manecillas de un reloj perdiendo así la cuenta de las horas.

Esta idea se ha concretado en los albores del siglo XXI como un aspecto del panorama cultural del momento, un concepto al que se aproxima la exposición Forever Now, ofrecida por el MoMA neoyorquino entre los días 14 de diciembre y 5 de abril.

La práctica artística de extraer elementos y estilos de una época para darles uso descontextualizado en otra diferente es lo que el escritor William Gibson ha calificado con el término de “atemporalidad”: un producto cultural perteneciente al presente, elaborado con elementos procedentes de otro tiempo que, paradójicamente, no está representado ni en su estilo, ni en su contenido o expresión.

La muestra reúne 90 trabajos de17 artistas, nombres como Richard Aldrich, Joe Bradley, Kertin Brätsch o Oscar Murillo que rechazan definiciones o ubicaciones temporales y reclaman la libertad para desprenderse del yugo cronológico, donde “lo contemporáneo es nada que encontrar y un lugar donde coexisten todas las eras” según los responsables.

"Atemporal" no es "sinsentido"

Sus autores han arrancado el tiempo a los "disparates estilísticos" presentes en Forever Now utilizando diferentes planteamientos. Las abstracciones gestuales de la alemana Michaela Eichwald emplean la reanimación de formas ya usadas en el expresionismo abstracto incorporando recortes de periódicos, cuero falsificado o sábanas de cama. Lo mismo hace Julie Mehretu uniendo estructuras cartográficas e improvisaciones basadas en el dibujo renacentista o la caligrafía china.

Por otro lado, la reactuación requiere la intervención física. Rashid Johnson "reactúa" en sus superficies de cera y jabón como Jackson Pollock, y la forma que nació en Malevich emerge tras la Cremallera de Matt Connors. La artista Dianna Molzan se remonta más allá, al hecho "mecánico" de mezclar pigmentos y aplicarlos pictóricamente para dar protagonismo al interrogante "¿Qué es una pintura?.

El sampling es otra vía para recopilar elementos en una aparente reedición. Fragmentando referencias culturales contemporáneas Richard Aldrich revaloriza la historia sin hallarse encadenado a ella. El artista ha desarrollado un equivalente pictórico al sampling utilizado para reproducir sonidos.

Arquetipos: el tiempo y el no-tiempo

Otros autores como Bradley o Nicloe Eisenman han recurrido al concepto de arquetipo para obtener su material de trabajo. Dice Eisenman: "Cuando no sepas qué dibujar, dibuja una cabeza", remitiéndose a la repetida figura, contorno totémico e icono presente en las representaciones gráficas de cualquier época en la historia del arte.

Las matemáticas dicen que lo que se encuentra confinado en límites finitos es insignificante frente al infinito. Solo importa lo que progresa, cualquiera que sea su dirección. La clave está en eliminar el transcurso del tiempo.

La fantasía lo logra en ese país ficticio conocido como "Nunca Jamás" y Baudelaire expresó literariamente sus peculiares recomendaciones al respecto: "Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca".