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Para qué sirve el olor del mar

  • El mar huele a DMS, producto de la descomposición del plancton
  • Las gaviotas rastrean este aroma en busca de algas y peces

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Olas en el mar.
Olas en el mar.

Quién no ha respirado hondo mirando al mar batiente desde un acantilado, navegando en barco o paseando por la playa. El olor del océano es muy característico, nos llega acompañado de refrescantes ráfagas de brisa, nos agrada, tonifica y relaja. ¿Cuál es la fórmula de este cautivador perfume?

El inconfundible olor a mar es resultado de una mezcla de sustancias químicas propias de la sal, los peces o las rocas mojadas. Dentro de este perfume hay una nota que destaca por encima de todas: el sulfuro de dimetilo (DMS).

Es el producto de la descomposición bacteriana del dimetilsulfoniopropionato (DMSP), una sustancia muy abundante en las células de las algas microscópicas del fitoplancton.

Los seres humanos también tenemos gran sensibilidad para detectar con el olfato el DMS. Percibimos cantidades bajísimas. Su aroma a veces es suave y agradable, parecido al del maíz o las verduras cocidas, pero otras es más afilado y se parece al olor de la coliflor.

Por esta extraordinaria sensibilidad olfativa al DMS, se añade a algunos gases peligrosos que no tienen olor. Gracias al compuesto marino podemos detectar fugas.

Las aves marinas, como las gaviotas, buscan con su olfato esta sustancia no por disfrute sino porque allá donde esté habrá abundancia de plancton y por lo tanto de peces para comer.

El DMS es crucial para el equilibrio del clima marino

El DMS también tiene otra función importante en la naturaleza. Es crucial para el equilibrio del clima marino. El 15% de este gas producido en el mar se libera a la atmósfera, donde se rompe en otras moléculas que forman aerosoles.

Son pequeñas partículas sólidas o líquidas en suspensión sobre las que se condensa el vapor de agua y da lugar a la formación de nubes. Sin el DMS se formarían menos nubes y el clima se alteraría.

Letales efluvios el gas de alcantarilla

Otro de los compuestos químicos que forma parte del olor característico del mar procede de la descomposición de algas macroscópicas, que se acumulan en las orillas.

Es el ácido sulfhídrico o gas de alcantarilla, que no huele precisamente agradable, si no a huevos podridos. En altas concentraciones es tóxico, el olfato humano se satura, deja de olerlo y cae envenenado.

Las algas se descomponen y huelen a huevo podrido

Hace relativamente poco, en 2011, se acumuló una inusual cantidad de algas en una playa de la bahía de Saint-Brieuc en Francia, generó tanto ácido sulfhídrico que mató a quince jabalíes.

En esa misma zona también colapsó un caballo y se sospecha que un hombre encargado de retirar las algas también murió por los letales efluvios. La proliferación masiva de algas en esa zona fue producto de la saturación con nitrógeno de las aguas por los productos vertidos de la cría de cerdos.