Enlaces accesibilidad

El alzhéimer, la enfermedad del olvido

  • Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos
  • Se calcula que afecta a unas 800.000 personas, la mayoría mayores de 65 años
  • Entre un 30 y un 40% de los casos se encuentran aún por diagnosticar
  • Este domingo se celebra el Día Mundial de la Enfermedad del alzhéimer

Por
Unas 800.000 personas sufren alzhéimer en España

Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer y se calcula que afecta a unas 800.000 personas, la mayoría mayores de 65 años, pero muchos -entre un 30 y un 40%- se encuentran aún por diagnosticar.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) advierten, con motivo del Día Mundial de la Enfermedad de alzhéimer, de que el número de personas que tiene esta enfermedad aumentará de forma considerable en las próximas décadas, hasta el punto de que en el año 2050 podrían existir más de 1.5 millones de casos en España.

El alzhéimer borra poco a poco lo que el ser humano ha aprendido a lo largo de toda su vida. Lo último que se aprende es lo primero que se olvida. El primer síntoma de la 'enfermedad del olvido' puede ser la pérdida de memoria aunque con frecuencia, su primer aviso es la apatía y la depresión.

Puede pasar desapercibido en su inicio

Así, los expertos animan a acudir al especialista ante cualquier síntoma de alarma. La clave de esta escasez de diagnóstico puede estar en que la enfermedad tiene una forma de aparición variada y un desarrollo gradual que puede provocar que, en su inicio, pase desapercibida para el propio afectado y su familia.

El coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Guillermo García, reconoce, en este sentido, que para los pacientes "resulta complicado distinguir los primeros síntomas de los cambios propios de la edad".

Es importante recordar que la edad, por si misma, no produce demencia

"Por eso es importante recordar que la edad, por si misma, no produce demencia, puede hacer que disminuya la agilidad a la hora de aprender o a la hora de recordar, pero no explica la pérdida de recuerdos o los fallos repetidos en la memoria cotidiana", explica.

Sí hay tratamiento

Potenciar el diagnóstico temprano es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes porque, aunque no hay cura para la enfermedad, sí hay tratamiento, recuerda García.

En la actualidad hay cuatro fármacos que pueden mejorar los síntomas cognitivos conductuales y funcionales de la enfermedad y que pueden estabilizar entre uno y dos años la evolución de los síntomas e incluso retrasar la necesidad de ingreso en residencia.

El jefe de Neurología de la Fundación Vianorte-Laguna, Jesús Porta, señala también una serie de factores que puede ayudar a prevenir la enfermedad como la estimulación cognitiva, el control de la tensión arterial y la diabetes y unos hábitos de vida saludables como practicar ejercicio moderado al menos tres veces por semana y llevar una dieta mediterránea.

Además, Porta subraya la importancia de la socialización en la evolución de la enfermedad. "Los pacientes a los que les falla la memoria tienden a recluirse y a salir menos y hay que intentar todo lo contrario, que estén muy socializados", recomienda.

También el coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN asegura que hay una serie de factores que pueden ayudar a modificar de algún modo el inicio de la enfermedad. "Algunos estudios han llegado a indicar que unos hábitos de vida saludables pueden reducir el 40% de los casos de Alzheimer", señala.

"Aunque no está aún clara la relación de causalidad con ciertos factores de riesgo sí que se ha demostrado que cuando la enfermedad se instaura en un cerebro con mala salud los síntomas se manifiestan antes. Un cerebro con buena salud puede enfrentarse y defenderse del Alzheimer con mucha más eficacia", afirma.

Los "enfermos ocultos"

La otra cara de esta enfermedad son los familiares, que insisten en que hay que avanzar en la investigación, y recuerdan que esta enfermedad no afecta solo a quienes la sufren.

La coordinadora de los grupos terapéuticos a cuidadores en la Fundación Pasqual Maragall, Sandra Poudevida, ha alertado de que los cuidadores suelen convertirse en los "enfermos ocultos" de no "conocer sus límites" en el cuidado de los enfermos.

"El cuidador de una persona con alzheimer debe conocer sus límites porque se entrega tanto a esa tarea que acaban enfermando, son enfermos ocultos que acaban teniendo estrés, cefaleas, depresión y dolores de espalda", explica.

Son enfermos ocultos que acaban teniendo estrés, cefaleas, depresión, dolores de espalda

En ese sentido, ha recordado que en España la familia juega un papel muy importante en el cuidado de una persona con alzhéimer, ya que suele ser la que se encarga del mismo la mayor parte del tiempo.

"El cuidador necesita momentos de respiro porque hay enfermos dóciles, pero otros tienen un carácter muy difícil que pueden llegar a agredir. En estos casos, hay que pedir asesoramiento personal", subraya.

Del mismo modo, los cuidadores de los 800.000 enfermos diagnosticados en nuestro país llevan la carga física y emocional. Así, Poudevida insiste en que el alzheimer es una enfermedad que "emocionalmente toca mucho", ya que, de repente, el ser querido empieza a decir "que no les quiere o que se vayan de casa".