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Las bombas alcanzan el centro de la ciudad de Donetsk, asediada por el Ejército ucraniano

  • Proyectiles de artillería han caído en la sede de la administración rebelde
  • Hay al menos un muerto aunque se desconoce el balance final
  • Rusia pide una tregua para asegurar la llegada de un convoy con ayuda

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Continúan los combates en Ucrania y la polémica sobre el convoy de ayuda ruso

Proyectiles de artillería pesada han caído este jueves en el centro de Donetsk, el principal bastión que les queda a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania. Al menos una persona ha muerto en el bombardeo.

Reuters y AFP aseguran que los proyectiles han alcanzado las oficinas de la autoproclamada República Popular de Donetsk, y que el personal ha sido evacuado.

La agencia francesa asegura que las bombas han caído también en la universidad polítécnica y en un centro comercial. El alcalde de la ciudad ha pedido a la población que no salga a las calles bajo ninguna circunstancia.

Los milicianos prorrusos han culpado al Ejército ucraniano, según recoge la agencia rusa RIA-Nóvosti, pero esta atribución no ha podido ser verificada por fuentes independientes.

Los rebeldes se han atrincherado en Donetsk, con un millón de habitantes, tras retirarse de Slaviansk ante el avance de las tropas leales a Kiev. El Ejército mantienen la ciudad bajo asedio.

Una tregua para un convoy polémico

Rusia ha pedido este jueves a las autoridades ucranianas y a los separatistas prorrusos que declaren un alto el fuego. El propósito es garantizar la seguridad de un convoy ruso con ayuda humanitaria para la población en conflicto cuya llegada está prevista en las próximas horas. "Es necesario para garantizar la seguridad de la acción humanitaria en marcha. La dificilísima situación en el sureste ucraniano exige un alto el fuego", ha afirmado la Cancillería rusa en un comunicado.

Independientemente de este acuerdo de alto el fuego, las autoridades de Kiev han aceptado la ayuda pero con condiciones para su distribución. El convoy se encuentra en la región rusa de Rostov a la espera de recibir autorización para cruzar la frontera y dirigirse a la ciudad de Lugansk, donde no hay luz ni agua desde hace dos semanas.

A su vez, la Cancillería ha destacado que Moscú se encuentra "en la fase final" de los esfuerzos "para acordar los aspectos de la concesión de la ayuda humanitaria a la población del sureste de Ucrania".

La Cruz Roja, que mantuvo hoy el primer contacto con el convoy ruso, ha pedido a Moscú información detallada sobre el contenido de los más de 200 camiones rusos, que transportarían unas 2.000 toneladas de cereales, azúcar, alimentos para niños, medicinas, sacos de dormir y generadores eléctricos.

Las autoridades ucranianas quieren que, además de los funcionarios de aduanas y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, la Cruz Roja esté presente durante el registro del cargamento humanitario ruso en la frontera. "Esperemos que la parte rusa cumpla todas estas exigencias y no viole la legislación ucraniana e internacional", ha asegurado Ígor Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, en rueda de prensa.

En caso contrario, ha agregado, "el avance de la columna será frenado por todas las fuerzas que tengamos a nuestro alcance". Lo que se desconoce por el momento es por dónde cruzará la frontera el convoy ruso, si por el puesto de Izvarino o por el de Dolzhanski, ambos bajo control de los insurgentes prorrusos.

Putin asegura que quiere terminar el conflicto

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado que Rusia hará todo lo que pueda para terminar el conflicto.

"Vamos a hacer todo lo que de nosotros depende para que este conflicto termine cuanto antes", ha declarado Putin durante un acto con parlamentarios rusos en el puerto de Yalta, en Crimea, península ucraniana anexionada unilateralmente por Rusia.

Putin ha subrayado que Ucrania "se ha sumido en un caos sangriento, en un conflicto fratricida" y que "en el este de Ucrania se ha producido una gran catástrofe humana".

Putin ha anunciado también el establecimiento permanente de una fuerza militar rusa en Crimea, aunque, según ha asegurado, no será "excesiva".

El gobierno ucraniano, la OTAN y algunos países de la UE han aventado sus temores de que Rusia prepare una invasión del este de Ucrania. Moscú y Bruselas han intercambiado en las últimas semanas sanciones comerciales a causa del conflicto.

Sin embargo, según una encuesta del Centro Levada, el porcentaje de rusos que apoyaba una invasión del país vecino se ha visto reducido del 40 al 26 por ciento desde junio, informa la agencia EFE.

Mientras, un 90 por ciento sigue abogando por el envío de ayuda humanitaria para los habitantes de Donetsk y Lugansk, muchos de cuyos habitantes han abandonado la zona con destino a territorio ruso, incluida la anexionada península de Crimea.