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Miles de iraquíes siguen atrapados en las montañas de Sinyar ante el asedio yihadista

  • El ACNUR estima que hasta 30.000 desplazados siguen aislados
  • Las milicias kurdas logran rescatar a miles de personas; otras agonizan

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Una desplazada yazidí llega con un calzado precaria a la frontera siria huyendo de los yihadistas
Una desplazada yazidí llega con un calzado precaria a la frontera siria huyendo de los yihadistas

Hasta 20.000 personas, la mayoría de minorías étnicas o religiosas, siguen atrapadas en las montañas de Sinyar, en el noroeste de Irak, asediadas por las milicias yihadistas, según una estimación de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

La organización internacional advierte de la grave crisis humanitaria que se vive en la región, donde las fuerzas estadounidenses están ayudando a las iraquíes y kurdas en su combate contra la insurgencia del Estado Islámico, que en las últimas semanas han tomado amplias zonas del país.

Esta operación tiene lugar en paralelo al cambio político en Bagdad, con la designación de Haidar al Abadi como primer ministro en sustitución de Nuri al Maliki, un movimiento que este sigue rechazando, pero que ha recibido la aprobación de la comunidad internacional, incluidas las potencias regionales.

Aislados a 45º C

Con todo, la preocupación se centra en los montes que rodean a Sinyar, donde hace diez días se refugiaron decenas de miles de personas ante el avance de los yihadistas. No hay un balance oficial, pero se teme que cientos de ellas hayan perecido en ese lugar y otros tantos hayan sido asesinados por el EI.

Un equipo de expertos de la ONU y otras organizaciones humanitarias han pedido este martes que se adopte "una acción inmediata" para proteger a los yazidíes, una comunidad kurdófona que profesa una religión preislámica y que tenía su feudo en Sinyar, y otras minorías afectadas por el conflicto.

En los últimos tres días, miles de personas han podido ser evacuadas por guerrilleros kurdos hacia localidades bajo control de milicias de esta comunidad repartida entre Siria, Turquía e Irak. Según los testimonios de estos supervivientes, han tenido que sobrevivir soportando temperaturas de hasta 45 ºC y sin apenas comida ni bebida, a pesar de los suministros lanzados por aparatos estadounidenses.

En concreto, el ACNUR calcula que entre 20.000 y 30.000 personas permanecen en esa montaña [comunicado en ingles]. Además, estima que alrededor de 400.000 han buscado refugio en la provincia de Dohuk, en el Kurdistán iraquí. Y en total, en el país contabiliza más de 1,2 millones de desplazados por el conflicto.

Apoyo internacional

Para añadir mayor drama a la situación, esta tarde se ha estrellado uno de los helicópteros iraquíes que evacuaba a los desplazados en esa zona. Al menos dos personas han fallecido, según fuentes de seguridad. En el plano bélico, durante la jornada Estados Unidos ha informado de un ataque a posiciones del EI, y fuentes de la seguridad han confirmado que están armando a las milicias kurdas.

Además, un portavoz del primer ministro británico David Cameron, citado por AFP, ha explicado que sus Fuerzas Armadas colaborarán en el transporte de armas "proporcionadas por otros países" a los kurdos.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido a las fuerzas de seguridad iraquíes a abstenerse de intervenir en la crisis política que vive el país por el nombramiento de un nuevo primer ministro, Haidar al Abadi, que no ha sido aceptado por el saliente, Nuri al Maliki.

Ban ha respaldado el nombramiento de Al Abadi como nuevo primer ministro y ha subrayado que su tarea debe ser formar un Gobierno "aceptable para todos los iraquíes". En la misma línea se habían pronunciado ya el lunes EE.UU. o la UE y este martes lo han hecho también Arabia Saudí, potencia suní en la región; así como Irán, la potencia chií y principal aliado de Bagdad.