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Los vecinos evacuados por riadas en Lleida y Huesca esperan volver a casa hoy

  • Más de 300 personas han pasado la noche fuera de sus casas
  • Varias carreteras siguen cortadas; se trabaja para restablecer servicios básicos
  • Se espera que el temporal amaine durante este miércoles
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Poco a poco regresa la normalidad a Lleida y Huesca tras las inundaciones

Las poblaciones afectadas en el Pirineo de Lleida y Huesca por las inundaciones a causa de las fuertes lluvias y el deshielo que han obligado a evacuar a más de 300 personas y han provocado cuantiosos daños materiales, poco a poco vuelven a la normalidad.

El consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña, Ramon Espadaler, ha avanzado que las 311 personas, 283 en Val d'Aran y 28 en Pallars, que siguen evacuadas tras las lluvias podrán regresar a casa en las próximas horas, aunque antes sus viviendas deberán ser reconocidas por los técnicos de seguridad, según recoge Europa Press.

Según las predicciones meteorológicas, el temporal amanairá en el transcurso del día de hoy aunque todavía persistirán las lluvias.

Las fuertes riadas han dejado tras de sí cortes de carreteras, dañado puentes y líneas eléctricas, que dejaron sin suministro de luz a unos 4.000 abonados aunque el servicio eléctrico ya ha sido restablecido.

Ahora, los trabajos se centran en intentar reactivar totalmente los servicios básicos y la movilidad por carretera aunque desde la Generalitat se avisó de que algunas infraestructuras todavía tardarán en recuperarse.

De hecho, Protección Civil ha dispuesto el suministro de agua potable en camiones cuba en municipios del Valle de Arán como Vielha (3.500 habitantes) afectados por las inundaciones que han causado severos daños en la red de agua.

En Benasque y en el Vall d'Aran se ha rebajado el nivel de alerta aunque desde la consellería catalana de Interior se ha recomendado a los vecinos que no se muevan "si no es estrictamente necesario".

Carreteras cortadas

En cuanto a las vías cortadas, la carretera C-28 que une Vielha con el Port de la Bonaigua se ha derrumbado parcialmente este miércoles entre los kilómetros 29,2 y 32, lo que obliga a mantener cortada la vía, ha informado el Servei Català de Trànsit (SCT).

Esta vía se ha hundido sobre las 10.45 horas por el paso del río Garona que sigue desbordado en varios puntos, y a las 12.30 permanecía cortada entre Garòs y Gessa, aunque ha sufrido afectaciones desde el derrumbe.

Además, sigue cortada la N-141 en Bossòst desde el martes, y la carretera N-230 desde Vielha hasta la frontera francesa, lo que ha dejado incomunicados los municipios de Bossòst y Les aunque esperan poder restituir al final del día parcialmente la circulación.

El Vall d'Aran, desbordado por la lluvia y el deshielo

Cerca de 300 personas han sido evacuadas en Benasque en Huesca por el desbordamiento del río Ésera y han pasado la noche en el polideportivo, mientras la población continúa incomunicada por carretera y dispone de un único transformador eléctrico en funcionamiento que abastece a parte del pueblo.

Según ha informado a Efe el teniente de alcalde de Benasque, Javier Abadía, el río se ha llevado la parte trasera de un edificio de tres plantas junto al cauce, una caseta de cazadores y parte de un parque infantil en la plaza Mayor, si bien ha indicado que son todo daños materiales y que, afortunadamente, no hay que lamentar daños personales.

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Los vecinos desalojados se mantienen a la espera de que pueda llegar el miércoles la Unidad Militar de Emergencia (UME) que se encuentra ya desplazada en la cercana población de Castejón de Sos, donde está ubicado el puesto de mando del operativo, según han informado a Efe desde esta entidad.

Mientras, vecinos de Vielha, capital de la comarca del Vall d'Aran, como el jubilado Antonio Rodríguez, han asegurado que "no había visto nunca unas riadas como las de hoy", si acaso fueron sólo peores las sufridas en 1982, hace ya 30 años.

Las fuertes lluvias -115 litros en 24 horas en Viella- y el deshielo de la gran cantidad de nieve acumulada este invierno ha provocado un importante aumento del caudal de los ríos Garona, Noguera Pallaresa y Noguera Cardós, que se han desbordado en varios puntos y han obligando a desalojar las viviendas situadas cerca de su caudal, que ha ganado terreno a la tierra.

Los cámpings de la zona también han tenido que ser desalojados, aunque muchos no estaban aún abiertos, al no haber llegado aún la temporada de verano. Lo mismo ha pasado con los hoteles.

Desembalse de la cuenca baja del Ebro

Las lluvias y el deshielo, que han provocado inundaciones graves en la Vall d'Aran, han provocado que el Ebro esté viviendo también un incremento súbito de caudal por el desembalse del pantano de Mequinenza al hallarse a 1.435 m3/s de caudal, informa la Confederación Hidrográfica (CHE).

Además, en Ascó, la estación de aforo de la Confederación Hidrográfica del Ebro señala situación de prealerta, mientras que en la cuenca del Júcar el embalse de Ulldecona también ha abierto compuertas.

Las lluvias que han caído a lo largo del día de ayer han provocado inundaciones en algunos puntos de Tortosa, como en la carretera C-12, que sigue cortada a la altura de Ferreries por el nivel de agua en la calzada.

Durante este martes han caído más de 28 litros en Tortosa, buena parte de ellos al mediodía.