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Francia desiste de cortar la conexión a Internet de quienes realicen descargas no autorizadas

  • La nueva propuesta sustituye los cortes por multas no muy cuantiosas
  • También propone gravar con un impuesto los equipos con conexión a Internet
  • La idea es apoyar la transición a lo digital de la industria cultural

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François Hollande, el candidato tranquilo que aspira un destino único.
François Hollande, candidato a las elecciones presidenciales francesas de 2012.

El gobierno de Nicolas Sarkozy, tras perder una primera votación en abril de 2009, conseguía aprobar en mayo de ese mismo año la ley de Creación e Internet, más conocida como ley HADOPI, que entre otras cosas regulaba la desconexión de los usuarios cuando se comprobara que tras tres avisos estos seguían descargándose contenidos sujetos a derechos de autor.

La ley fue inmediatamente recurrida por la oposición y declarada inconstitucional en junio de ese mismo año, aunque una versión ligeramente modificada, y que por ahora sigue en vigor, era finalmente aprobada en septiembre de 2009.

Sin embargo François Hollande, durante la campaña electoral que le llevó a ganar las elecciones en 2012, manifestó su intención de derogarla y proponer una versión más actualizada y razonable.

No está muy claro todavía por donde va a ir Hollande en este sentido, pero al parecer una de las primeras consecuencias de un informe al respecto encargado a Pierre Lescure, antiguo director de Canal Plus, va a ser que se elimine al menos la parte que contemplaba los cortes de conexión a Internet.

No es manera

Según Fleur Pellerin, la ministra Pequeñas y Medianas Empresas, Innovación y la Economía Digital, hoy en día no se puede cortar la conexión a Internet de nadie en un país en el que se pretenda estimular el crecimiento de la economía digital; de hecho lo ha comparado con cortarle el agua a esa persona.

De todos modos la propuesta de Lescure sigue contemplando mantener un sistema de vigilancia que establece multas de 60 euros, 78 en el caso de los reincidentes, para aquellos usuarios que se descarguen sin autorización contenidos sujetos a derechos de autor, aunque también recomienda disolver la Alta Autoridad por la Difusión de Obras y las Protección de Derechos en Internet, de cuyas siglas en francés viene el nombre de la ley, para que sea el Consejo Superior de lo Audiovisual quien se encargue de gestionar todo esto.

Lo que no está nada claro es que la aplicación de la ley Hadopi haya servido para nada, pues si bien algunos estudios pagados por la propia organización sugieren que ha descendido el número de descargas ilegales, otros estudios independientes no han apreciado esto.

Y mantener en funcionamiento un sistema de avisos como este es caro para los resultados obtenidos: se estima que Hadopi ha enviado cerca de un millón de correos electrónicos durante su tiempo de funcionamiento y a cambio solo puede mostrar un caso en el que un usuario haya llegado a juicio, y aún así solo para pagar 150 euros por no haber tenido su WiFi convenientemente protegida mediante una clave y porque su mujer se había descargado dos canciones de Rihanna.

Impuesto a equipos conectados

Lescure también propone la creación de un impuesto de 1% que se aplicaría al precio de todos los dispositivos conectados que se estima que recaudaría unos 86 millones de euros al año.

Estos serían usados para apoyar la transición de las industrias culturales al mundo digital, ayudándoles en la creación y promoción de obras de arte digitales, la digitalización de las ya existentes, la creación de bases de datos, y la creación de nuevos servicios culturales digitales, con especial énfasis en el campo de la música y la fotografía, los dos campos más afectados por el paso a lo digital, al menos según el informe Lescure.

Habrá que ver los siguientes pasos que toma el gobierno Hollande, pero parece poco probable que esos 86 millones vayan a sacar del apuro a nadie, igual que la amenaza del corte de la conexión a Internet tampoco lo ha hecho.