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Cerca de 25.000 personas dan su adiós a Carrillo en una despedida que "abruma" a la familia

  • El jueves sus restos mortales serán incinerados en La Almudena
  • Las cenidas serán esparcidas en el mar Cantábrico, en las costas de Gijón
  • Adolfo Suárez Illana a su llegada a la capilla: "Él legitimó la Transición"
  • Ver especial sobre Santiago Carrillo en RTVE.es

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Miles de personas despiden a Carrillo en su capilla ardiente

El mundo de la política y cerca de 25.000 ciudadanos, según CCOO, han dado su último adiós a Santiago Carrillofallecido el martes a los 97 años en Madrid, al que el Gobierno y los partidos políticos han reconocido como figura esencial de la transición y clave para la consecución de la democracia.

La capilla ardiente volverá a abrirse el jueves a las 09:00 horas para  celebrar un breve acto en el que la familia agradecerá el apoyo  recibido, antes de que un cortejo fúnebre se encamine hacia el  crematorio pasando por la plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá.

Como era deseo del que fuera secretario general del Partido Comunista de  España (PCE), sus cenizas serán esparcidas en el mar Cantábrico,  concretamente en la costa de su Gijón natal (Asturias).

Miembros del Gobierno y de Ejecutivos anteriores -como el expresidente Felipe González-, dirigentes de la mayoría de partidos políticos y representantes de la cultura y de altas instituciones del Estado han visitado la capilla ardiente de Carrillo para dar su pésame a la familia.

Junto a ellos, miles de personas han hecho cola para despedirse del histórico dirigente comunista.

"El capitalismo puede llegar a destruir la especie humana". Una imagen de Carrillo con esta frase ha presidido la capilla ardiente, instalada en el Auditorio Marcelino Camacho de la sede de Comisiones Obreras de Madrid.

Su féretro, sobre el estrado y rodeado por cuatro banderas -las de España, Madrid, la UE y el Partido Comunista de España-, ha sido velado durante toda la jornada por la mujer de Carrillo, Carmen Menéndez, y sus tres hijos: Santiago, Jorge y Pepe.

Una abrumadora despedida

Santiago Carrillo hijo ha reconocido, en nombre de toda su familia,  sentirse "abrumado" por "tantas muestras de cariño" que les han llegado desde que el martes por la tarde falleciera su padre.

La capilla ardiente con los restos mortales de Santiago Carrillo, fallecido este martes a los 97 años, ha recibido a más de 10.000 personas que han dado su último adiós al mítico dirigente comunista, algo que ha "abrumado" a la familia por "tantas muestras de cariño". Santiago Carrillo hijo ha reconocido, en nombre de toda su familia, sentirse "abrumado" por "tantas muestras de cariño" que les han llegado desde que el martes por la tarde falleciera su padre. "Estamos abrumados de tantas muestras de cariño de tantos militantes y de los principales dirigentes de los partidos que han estado aquí", ha asegurado en la puerta de la capilla ardiente instalada en el auditorio Marcelino Camacho de la sede de CCOO en Madrid.

"Estamos abrumados de tantas muestras de cariño de tantos militantes y de los principales dirigentes de los partidos que han estado aquí", ha asegurado en la puerta de la capilla ardiente instalada en el auditorio Marcelino Camacho de la sede de CCOO en Madrid.

Estamos abrumados de tantas muestras de cariño

El hijo de Santiago Carrillo ha dicho ser un "afortunado" por haber disfrutado de la compañía de su padre durante tantos años y ha relatado que hace pocos días estuvo charlando con él durante varias horas sobre la grave situación que atraviesa España, por la que estaba "muy preocupado".

Santiago Carrillo hijo ha agradecido también las muestras de solidaridad recibidas desde las mas altas instituciones, como el telegrama del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.

El féretro, recibido con aplausos

El féretro con sus restos ha sido recibido con aplausos por decenas de personas que se encontraban en el exterior. Políticos como Alfonso Guerra o Adolfo Suárez Illana, hijo de Alfonso Suárez,  también se han acercado a la sede de CCOO, según informa TVE.

Alfonso Suárez Illana ha acudido en representación de su padre para agradecer el papel de Carrillo durante los primeros pasos de la democracia en España. "Él legitimó la Transición", ha declarado.

Miembros de todos los grupos políticos, los líderes sindicales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y representantes del mundo de la cultura como Ana Belén, Víctor Manuel o el actor Juan Diego, también se han acercado a la capilla ardiente para mostrar sus condolencias.

Decenas de ciudadanos, muchos de ellos con banderas republicanas, han desfilado frente al féretro del veterano  político, junto al que se podía obervar una fotografía en la que aparece  con su "eterno cigarrillo", y bajo la que se podía leer la frase: "El capitalismo puede llegar a destruir la especie humana".

Figura clave en la política española

El ex presidente del Gobierno, Felipe González, ha destacado que Santiago Carrillo situó como prioridad número uno de su acción política "la consolidación de una convivencia en libertad y paz", prioridad a la que, ha dicho, "fue fiel siempre".

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado que Santiago Carrillo fue "uno de los muchos hombres que participó en la Transición, ese momento tan decisivo para la historia de España".

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha señalado a su llegada a la capilla ardiente que Carrillo ha sido "una figura clave en la política española" y sobre todo "en la España constitucional", mientras que la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, ha añadido que todos los españoles deben "darle las gracias" al histórico dirigente del PCE por su "papel clave" en la "construcción democrática.

"Le deseé hace poco tiempo que pudiera llegar a los cien años. No ha sido posible, pero han sido 97 años de lucidez", ha añadido el líder de IU, Cayo Lara.

Los restos mortales del histórico dirigente comunista serán incinerados mañana, jueves, en el cementerio de La Almudena, según ha informado su familia, que tiene la intención de llevar luego sus cenizas a la costa asturiana de Gijón para esparcirlas en el mar, como era su deseo.

Santiago Carrillo, secretario general del PCE de 1960 a 1982 y uno de los artífices de la Transición española, murió ayer en su casa de Madrid a los 97 años mientras dormía la siesta, después de que en la última semana empeorara su estado de salud y de que en los últimos meses tuviera que ser hospitalizado en diversas ocasiones.

Amigos y personalidades políticas acudieron este martes al domicilio familiar a expresar sus condolencias a la familia,  así como los reyes don Juan Carlos y Doña Sofía, que le definieron como "una persona fundamental en la Transición".

Además, el pleno del Congreso en su sesión de ayer irrumpió en aplausos en su memoria al poco de tener noticia de su fallecimiento.

Santiago Carrillo y el espíritu de la Transición

Santiago Carrillo, nacido en Gijón en 1915, se afilió al PCE en julio de 1936 y tuvo un papel destacado en la vida política tras el levantamiento militar del 18 de julio de ese año.

Como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid, le han responsabilizado de la matanza en Paracuellos (Madrid), aunque Carrillo siempre defendió que fue obra de descontrolados.

En febrero de 1939 comenzó un exilio de 38 años, que le llevó por diversos países hasta que fijó su residencia en París, y en 1960 fue elegido secretario general del PCE, cuando Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", fue elegida presidenta.

Tras la muerte de Franco usó distintas fórmulas para conseguir la legalización del PCE, como la convocatoria de una rueda de prensa en Madrid el 10 de diciembre de 1976, que provocó su detención, el día 22 de ese mes, llevando una peluca que le haría famoso en toda España.

Diputado en los primeros comicios democráticos de 1977, participó en los "Pactos de la Moncloa" y vivió el intento de golpe de Estado del 23-F. En 1982 dejó de ser secretario general del PCE y en 1985 se separó definitivamente del partido para crear el Partido de los Trabajadores-Unidad Comunista, con el que no obtuvo escaño en 1986.

Desde la infección urinaria que le hizo ingresar dos días en el hospital en 2011, sólo se le había visto en público el pasado 30 de marzo, cuando fue a rendir tributo al fallecido Domingo Malagón, el falsificador de documentos que permitió a muchos comunistas eludir la represión franquista