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ANÁLISIS

Los teléfonos móviles están cada vez más lejos de ser verdaderamente móviles

  • Los 'smartphones' son cada vez más potentes, pero también más grandes

La duración de la batería no parece ser un tema prioritario para las marcas

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Las últimas aplicaciones para móviles en el World Mobile Congress

Si la edición del Mobile World Congress (MWC) del 2011, tuvo como protagonistas a smartphones tablets, la edición de este año 2012 está protagonizada por smartphones grandes y smartphones absurdamente grandes.

De repente parece que las marcas han olvidado el significado del adjetivo 'móvil' y a qué compromisos se debe un dispositivo que se califica como tal.

Debe ser fácil de llevar y manejar -con una sola mano- y tener autonomía, que la batería dure al menos un día completo. Y todo lo demás es secundario.

Actualmente parece que es suficiente con que la batería de los nuevos modelos no dure menos que la de sus predecesores. Importan más sus prestaciones -para sistemas operativos que apenas pueden aprovecharlas-, el aspecto o el 'diseño' (cuando son todos iguales) y cuál tiene la pantalla más grande y más brillante.

De repente parece que las marcas han olvidado el significado del adjetivo 'móvil'

Nadie compite por una mayor duración de la batería. Y cuando se equivocan los conceptos y las prioridades surgen engendros como los phablets, teléfonos móviles con pretensión de tablet pero que al final no son ni una cosa ni la otra.

Por si fuera poco van acompañados de un puntero -más propio de las PDA de los años 90- cuyo uso, afortunadamente, es opcional.

El experimento phablet

Dos de los phablets que he tenido ocasión de ver y probar en este MWC son el Samsung Galaxy Note y el LG Vu. Se trata de teléfonos móviles con pantallas de 5 y 5,3 pulgadas, respectivamente.

El modelo de Samsung existe también en tamaño de 10,1, inexplicablemente el mismo tamaño que tiene el Galaxy Tab 10.1 con el que convive.

No voy a negar que a primera vista resultan espectaculares e indudablemente atractivos, especialmente por el cuidado aspecto que presentan ambos modelos.

Pero también es cierto que esos tamaños de pantalla se traducen en un aparato que en la mano resulta el doble de grande que un teléfono convencional. En la mano y en el bolsillo. Y no querrás ni podrás llevarlo siempre ahí, menos aún cuando en verano te pongas esos cómodos pantalones de lino.

Y, de nuevo, la duración de la batería no se encuentra entre sus virtudes más destacables.

Más grande no es siempre mejor

En este MWC 2012 resulta casi imposible ver un smartphone de gama alta con menos de 4 pulgadas de pantalla. Las marcas han vinculado el nivel de sus teléfonos con la categoría que ocupan (baja, media y alta) y defienden ese tamaño de pantalla como algo necesario y deseable por el usuario porque "mejora la experiencia" y hace "más cómodo" utilizar el teléfono.

Lo cual no es cierto, o al menos no es cierto del todo. La realidad es que el modelo de smartphone más vendido -el modelo, no la plataforma-, que es el iPhone de Apple, mantiene el tamaño de pantalla en unas más que razonables 3,5 pulgadas.

Es un producto demandado, reconocidamente fácil y cómodo de manejar y, puestos a jugar a las categorías, de "gama alta". Y sin embargo tiene una pantalla que hoy algunos consideran "pequeña", "de móvil de gama media".

Parece que hay varios motivos que deciden por qué los móviles Android tienen que ser grandes. Por un lado se debería a la forma en que por defecto Android gestiona los gráficos de pantalla, haciendo que sea necesario aumentar el tamaño de ésta si se quiere aumentar las resolución.

Como sucede con las pantallas de los ordenadores, si simplemente se aumenta la resolución, entonces los iconos, textos y el resto de elementos gráficos se reducen en tamaño, haciendo que sea más difícil verlos y pulsarlos con el dedo.

Influencia de tecnología LTE

También la incorporación de tecnología LTE (la más reciente generación de conectividad de datos móviles) parece repercutir en el tamaño de los smartphones.

La circuitería LTE y el mayor consumo de batería de esta conexión -que hace necesario que estas sean más capaces y por tanto más grandes- puede ser otro factor implicado, según apunta John Gruber.

Cita como ejemplo la diferencia de tamaño entre el Nokia Lumia 800 (con pantalla de 3,7 pulgadas) y el Nokia Lumia 900, diseñado para incorporar tecnología LTE (aunque a nuestro mercado llegará como HSPA+) que crece con respecto al modelo del que deriva (el Nokia Lumia 800) hasta dar cabida a una pantalla de 4,3 pulgadas.

Así que el tamaño de los nuevos smartphones, especialmente aquellos con sistema operativo Android -la mayoría-, viene determinado antes que nada por especificaciones e ingeniería.

El tamaño de los nuevos smartphones viene determinado por especificaciones e ingeniería

Las consideraciones verdaderas que atañen al diseño (como son el aspecto, las proporciones y tamaños o la usabilidad) quedan limitadas y son relegadas en importancia.

Sea como sea, no parece que sea posible encontrar un modelo Android de altas prestaciones, con una resolución de pantalla alta y que además sea realmente cómodo de llevar, es decir, que no se note en el bolsillo.

Ni cómodo de manejar, que es cuando (consideraciones de software aparte) el móvil se puede coger con una sola mano y basta el dedo pulgar para llegar a cualquier punto de la pantalla.

Habrá gente que prefiera que la pantalla del móvil sea grande, incluso enorme y es estupendo que exista esa posibilidad. Pero no por ser más grande es necesariamente mejor, ni para todos.