Un nuevo viernes de protestas deja ya ocho muertos en Siria

• Se han producido protestas y enfrentamientos en varias ciudades
• El presidente ruso ha advertido a Asad de que debe emprender reformas

Al menos ocho personas han muerto este viernes por la represión de las fuerzas de seguridad de las protestas que exigen como cada viernes la partida del presidente sirio, Bachar al Asad, en varias ciudades del país, según han informao grupos opositores.

Según el activista Hozam Ibrahim, de los Comités de Coordinación Local, tres manifestantes han muerto en Duma, en la provincia de Rif Damasco (junto a la capital), y otro ha perdido la vida en la ciudad costera de Latakia (noroeste), mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha denunciado la muerte de cuatro personas en Homs (centro).

Según las últimas cifras facilitadas por la ONU, la represión gubernamental de las manifestaciones opositoras en Siria se ha cobrado la vida desde marzo pasado de 2.900 personas, a pesar de las dificultades para informar y documentar lo que está ocurriendo en el país.

Siria cierra la puerta a la ONU

El Gobierno de Siria ha cerrado la puerta a la comisión independiente aprobada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para investigar presuntos crímenes contra la humanidad en la represión de las protestas opositoras y ha rechazado tajantemente recibir lecciones de Occidente en esta materia.

Siria se ha sometido al Examen Periódico Universal (EPU), un ejercicio al que se someten todos los Estados miembros de la ONU desde 2006 para hacer un repaso cuatrienal sobre la situación de derechos humanos, que en este caso ha llegado en un momento crucial.

En el marco de un recrudecimiento de la violencia en el país, incluso con informaciones sobre enfrentamientos entre las fuerzas armadas y desertores en la frontera con Líbano, la expectación en Ginebra ha sido grande para escuchar la intervención del viceministro de Exteriores, Faisal Mekdad, que no ha hecho ni una sola concesión.

Medvedev da un toque de atención a Asad

Su exposición ante el Consejo de Derechos Humanos se ha centrado en denunciar "una conspiración internacional" tras las protestas que se suceden en el país desde marzo pasado contra el régimen de Bacher el Asad y en asegurar que las reformas democráticas están en marcha y que todos los sirios gozan de libertad de expresión y manifestación.

Sin embargo, este discurso ya no convence ni a Rusia, su gran aliado. El presidente Dimitri Medvedev ha declarado que "el líder sirio debería dejar el poder si es incapaz de implentar las reformas prometidas", según informa la agencia estatal RIA. "Pero esta decisión no debería tomarse en la OTAN o en ciertos países europeos, sino por el pueblo sirio y su líder", ha matizado.