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Japón tardará diez años en reconstruir las ciudades destruidas por el terremoto y el tsunami

  • Tres años solo para volver a abrir las carreteras
  • Los emperadores de Japón visitarán las zonas afectadas
  • La radioactividad liberada en Fukushima es una décima parte de la de Chernóbil

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Policías japoneses buscan a desaparecidos en Kesennuma, una de las localidades arrasadas por el terremoto
Policías japoneses buscan a desaparecidos en Kesennuma

El consejo que asesora al Gobierno nipón en la planificación de la recuperación tras el terremoto ha advertido que la reconstrucción de las ciudades devastadas puede llevar una década.

"Los primeros tres años serán necesarios para reconstruir las carreteras y poner en pie viviendas provisionales", afirma Jun Iio, del Consejo para el Plan de Reconstrucción, creado tras el seísmo para asesorar a las autoridades.

Iio, experto en ciencia política, afirma que se  necesitarán otros cuatro años para reconstruir las ciudades, e incluso más tiempo para una recuperación total. "Debemos tener en cuenta que el área afectada por el desastre es mucho mayor que Kobe", ha declarado, en referencia a la ciudad destruida por un temblor en 1995.

Según el Consejo, el terremoto del 11 de marzo, que causó unos 13.000 muertos, 130.000 desplazados y unos más de 200.000 millones de euros en daños, es un ejemplo de las limitaciones del excesivo centralismo, y por eso pide mayor  autonomía regional.

El Consejo también aboga por que se superen las divisiones partidistas, en un país en el que una breve tregua entre las principales organizaciones políticas ha dado paso a agrios enfrentamientos.

"Los esfuerzos de la reconstrucción van más allá de cuestiones políticas. Podemos pedir la opinión de la oposición y del partido en el poder", ha subrayado Makoto Iokibe, presidente del Consejo y también de la Academia de Defensa Nacional de Japón.

El viernes pasado, el Gobierno de Naoto Kan aprobó casi 40.000 millones de euros de presupuesto inicial para la reconstrucción. Los próximos paquetes presupuestarios se financiarán con una mezcla de impuestos y deuda externa, con el consiguiente daño para la economía nipona, ya fuertemente endeudada.

Este martes también se ha anunciado que los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, comenzarán a partir del miércoles una serie de visitas a las provincias más afectadas. Los emperadores viajarán primero a Miyagi, la provincia más devastada y con mayor número de víctimas, y después a Iwate y Fukushima.

La experiencia de Chernóbil

Por otro lado, el Gobierno japonés ha asegurado que tiene en cuenta la experiencia del accidente nuclear de Chernóbil, del que hoy se cumplen 25 años, a la hora de afrontar la crisis en la central de Fukushima, pero ha reiterado que ambos sucesos son diferentes.

"Los estudios e investigaciones basados en Chernóbil sobre los problemas de salud que pueden surgir (a causa de la radiación) se han convertido en un conocimiento compartido por toda la humanidad",  ha declarado el ministro portavoz, Yukio Edano, en una rueda de prensa.  Por eso, han sido un "factor indirecto" para establecer las medidas de  evacuación y limitar el acceso en un radio de 20 kilómetros de la  maltrecha planta nuclear de Fukushima Daiichi, ha añadido.

El Gobierno prohibió el pasado viernes la entrada en ese  radio y anunció que otorgará permisos especiales a los residentes  evacuados para que puedan regresar solo por unas horas y recoger así las  pertenencias que dejaron atrás en su precipitada marcha. Además, el  Ejecutivo nipón ha indicado que otros cinco pueblos a entre 20 y 40 kilómetros de la planta en los que se han detectado niveles de radiactividad elevados deberán ser evacuados para mediados de mayo.

El devastador tsunami del 11 de marzo dañó el sistema de  refrigeración de la central nuclear, donde desde entonces se trabaja día  y noche para intentar controlar la temperatura de los reactores y sus  piscinas de combustible usado y contener la radiactividad. El pasado 12  de abril la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón elevó la gravedad del accidente de Fukushima  al máximo de 7 fijado en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos  Radiológicos (INES), el mismo nivel que el de Chernóbil en 1986.

Pese a ello, Edano ha insistido en que el accidente de Fukushima es  mucho menos grave y como ejemplo ha explicado que la cantidad de material radiactivo que había emitido la planta japonesa era una décima parte de la que se emitió en Chernóbil. También ha recordado que ningún trabajador ha perdido la vida a causa de la radioactividad.