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Las cartas a Bush enfrentan a Blair ante la comisión de investigación de la guerra de Irak

  • El ex primer ministro comparece de nuevo para explicar el por qué de la invasión
  • En su primera intervención defendió la guerra y que Sadam era un "monstruo"

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Las cartas entre Tony Blair y George W. Bush. son el gran secreto de la comisión de investigación de la guerra de Irak ante la que el ex primer ministro británico debe comparecer por segunda vez este viernes. Y de nuevo, se espera que el contenido de la correspondencia entre ambos líderes persiga al 'premier' pero no se haga público.

"Por mi parte, espero que esta investigación pueda ser tan abierta y clara como sea posible", ha afirmado el actual primer ministro británico David Cameron, que ha pedido al público que presione a Blair para que desvele cómo y por qué le prometió en 2002 al entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, que le apoyaría en una guerra que se ha cobrado la vida de 200 soldados británicos.

Así lo ha afirmado en una entrevista en la cadena británica BBC.

"Cualquiera que no esté de acuerdo con los resultados puede escribir a Blair para mostrarle su punto de vista", ha insistido Cameron, después de que el jefe del cuerpo de funcionarios, Gus O'Donnell rechazara desclasificar las cartas,  escritas en el período previo a la invasión de 2003, tras hablar con Blair.

"Personal" o asunto de Estado

El presidente de la comisión, John Chilcot, ha señalado, por su parte, que esa negativa del  Ejecutivo a publicar el contenido de esas notas secretas entre ambos  políticos "decepcionaba" a esta comisión, que ha tenido acceso a esos documentos clasificados aunque no le está permitido hacerlos públicos.

"La investigación reconoce la naturaleza privilegiada de esos  intercambios pero, de forma excepcional, buscó la desclasificación de  extractos clave que dan luz a posiciones y momentos críticos del primer  ministro Blair", ha señalado Chilcot.

El secretario privado de Blair, Mathew Rycroft, ha asegurado que las cartas son parte de una "conversación personal",  más que de un diálogo oficial y ha explicado que el ex primer ministro siempre dejó claro que "Reino Unido estaría con EE.UU. en cualquier acción militar" contra Irak.

Presión al fiscal general

La nueva intervención de Blair en la comisión espera aclarar algunos detalles de su primera comparecencia en enero del año pasado cuando el 'expremier' declaró que el "cálculo de riesgo" que suponía Sadam cambió con el 11-S.

"Yo pienso que Sadam era un monstruo. Y amenazaba no sólo la región, sino el mundo", aseguró. "Creo que si no hubiéramos tratado con Sadam entonces, lo habríamos hecho ahora".

Además, en esta nueva intervención, se espera que el ex líder laborista sea  cuestionado sobre cómo logró persuadir al ex fiscal general británico durante su mandato,  Peter Goldsmith, para que cambiara de opinión acerca de la legalidad de  la guerra.

Precisamente, en una declaración escrita enviada a los responsables  de la actual investigación de la que ha informado la prensa británica,  Goldsmith aseguró que se vio excluido de deliberaciones importantes sobre  la legalidad de la guerra de Irak.

El ex encargado de asesorar en su día al gobierno laborista sobre los  aspectos legales de una eventual invasión del país árabe, señaló que  Blair dejó de consultarle "activamente" después de que él le advirtiera,  cinco meses antes de la invasión junto a EE.UU., de que una acción de ese  tipo violaría el derecho internacional.