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Rusia pondrá en marcha la primera central nuclear iraní el 21 de agosto tras años de retraso

  • La agencia atómica rusa cargará combustible al reactor de Bushehr
  • Matiza que se trata de un "lanzamiento técnico" y que aún no estará activo
  • Rusia lleva años retrasando la puesta en marcha de la central

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El reactor nuclear de Bushehr, en una imagen archivo.
El reactor nuclear de Bushehr, en una imagen archivo.

Rusia cargará con combustible el reactor nuclear de Bushehr a partir del 21 de agosto,  en lo que supone un paso irreversible para la puesta en marcha de la primera central nuclear del país tras casi 40 años de retraso.

Rusia accedió en 1995 a construir la central nuclear de Bushehr en el lugar donde se iba a desarrollar un proyecto similar por la empresa alemana Siemens en los años 70, antes de la Revolución Islámica, pero los retrasos han marcado el proyecto, valorado en 1.000 millones de dólares y que Moscú ha usado de termómetro de sus relaciones con Teherán.

"El combustible será cargado en el reactor el 21 de agosto. A partir de  se momento, Bushehr será considerada como una instalación nuclear", ha  precisado Serguei Novikov, un portavoz de la agencia atómica rusa  Rosatom, que ha calificado la fecha como la del "lanzamiento físico".

Se calcula que el proceso de carga tomará entre dos y tres semanas.

"Será un paso irreversible", ha sentenciado Novikov, que considera que a partir de se cargue el reactor "la central será certificada como una instalación de energía nuclear".

"Eso significa que el periodo de pruebas ha acabado y que el periodo de lanzamiento físico ha empezado, pero ese periodo supone unos dos meses y medio", ha recordado, calculando que la primera reacción de fisión nuclear se producirá a comienzos de octubre.

A la ceremonia de puesta en funcionamiento de la planta asistirán el jefe de Rosatom, Serguéi Kirienko, y el director de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, según la agencia rusa Interfax.

Todo preparado

Las autoridades iraníes han anunciado este viernes que la planta de Bushehr ha superado las pruebas de funcionamiento y de seguridad y está lista para comenzar a funcionar, según informaron las agencias rusas desde Teherán.

"Todas las obras de instalación de equipos y las pruebas han concluido, la central nuclear está lista y se encamina hacia su puesta en marcha", ha declarado a la televisión estatal iraní Mahmud Jafari, alto funcionario que supervisa la construcción de Bushehr.

"El combustible se encuentra ya en la central. El cargamento va a durar un mes", ha subrayado otro portavoz de Rosatom, Vladislav Botchkov, que ha detallado que "tras tres o cuatro meses, el bloque energético estará a una potencia mínima del 1%".

Este proyecto de energía en el Golfo Pérsico fue iniciado por la empresa alemana Siemens antes de la revolución islámica de 1979 y se detuvo poco después del estallido de la guerra Irán-Irak en 1980. Años después, en 1994, Rusia asumió el proyecto en 1994, que en un principio estaba previsto concluir en 1999.

Este paso decisivo para poner en marcha la central llega después de  que se retrasase la fecha de inauguración de la central acordada entre  Rusia e Irán, que estaba planeada para febrero de 2009.

Luego,  el primer ministro ruso, Vladimir Putin, dijo que estaría en  funcionamiento para el Año Nuevo persa (el pasado mes de marzo) y  finalmente aseguró que estaría este verano.

La sombra del programa nuclear

Rusia ha insistido en que este proyecto no tiene nada que ver con el programa nuclear iraní, que se encuentra bajo el ámbito de las sanciones de la ONU, dado que la comunidad internacional cree que Teherán pretende desarrollar armas atómicas bajo la fachada de un programa nuclear civil.

Con el beneplácito del OIEA y pese a las críticas de Estados Unidos, Rusia suministró durante los últimos años a Irán combustible nuclear con destino a Bushehr.

Rusia ha mantenido siempre que "la parte iraní ha dado garantías escritas adicionales de que el combustible será empleado exclusivamente en la central" para la generación de electricidad.

Además, Moscú y Teherán suscribieron a principios de 2005 un protocolo adicional sobre la devolución a Rusia del combustible nuclear usado en la central atómica.

El apoyo de Rusia a las sanciones provocó una reacción airada del régimen iraní, que se intercambió duras palabras con el Kremlin, su tradicional aliado en Naciones Unida, colocando las relaciones entre ambos países en su punto más tenso desde la Revolución Islámica.