Enlaces accesibilidad

Extremófilos, la supervivencia al límite

Por

A hombros de gigantes

Programa de divulgación científica. Es un espacio pegado a la actualidad con los hallazgos más recientes, las últimas noticias publicadas en las principales revistas científicas, y las voces de sus protagonistas. Pero también es un tiempo de radio dedicado a nuestros centros de investigación, al trabajo que llevan a cabo y su repercusión en nuestra esperanza y calidad de vida. Los viernes de 22:00 a 23:00 horas

Qué les parece si les propusiera un baño en agua hirviendo, tumbarse al sol durante horas en mitad del Sáhara, leer un libro en el interior de un congelador, darse una ducha con ácido, pasar un fin de semana sin una gota de agua, o sentarse encima de una bola de plutonio radiactivo... Seguro que son propuestas muy poco atractivas.

Sin embargo, son lugares ideales para miles de criaturas que se han adaptado a los lugares más increíbles de la Tierra: fumarolas volcánicas en fondos oceánicos, desiertos que desconocen la lluvia, hielos antárticos, salinas, rocas radiactivas.

Son los extremófilos, organismos que logran sobrevivir en condiciones muy hostiles, que pocos seres vivos resisten. Y en el último programa de 'A hombros de gigantes' hemos hablado de estos seres con Ramón Rosselló Mora, microbiólogo, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados-CSIC,  y experto en un tipo particular de organismos que viven en elevadas concentraciones salinas.

Nos explica que los extremófilos han desarrollado un conjunto de mecanismos metabólicos para sobrevivir en ambientes hostiles. Se conocen muchos tipos:

  • Anhidrobiosis: Viven en ausencia de agua.
  • Acidófilo: Se desarrollan en ambientes de alta        acidez.

Alcalófilo: Se desarrollan en ambientes muy   

  •    alcalinos.

Barófilo: Se desarrollan en ambientes de alta 

  •    presión.

Halófilo: Se desarrollan en ambientes 

  •    hipersalinos.

Organismo de suelos profundos: Viven a muchos 

  •    metros bajo el suelo, incluso en medio de rocas.

Psicrófilo: Se desarrollan en ambientes muy 

  •    fríos.
  • Radiófilo: Soportan gran cantidad de radiación.

Termófilo: Se desarrollan a temperaturas 

   superiores a 45ºC, algunos de ellos, los 

   hipertermófilos tienen su temperatura óptima de 

   crecimiento por encima de los 80ºC, algunas 

  •    llegan a 100 grados en géiseres. .

Xerófilo: Se desarrollan en ambientes con muy 

  •    baja humedad.

La mayoría son unicelulares, generalmente bacterias.

Hasta finales del siglo XIX se pensaba que el fondo del mar estaba muerto, y había quien pensaba que la vida no podría existir a profundidades mayores de 600 metros. Sin fotosíntesis, no podría existir una fuente de energía, ni nutrientes.

Pero en 1977, John Corliss y John Edmond, dos geólogos, descendieron en el submarino Alvin y observaron una espectacular gama de vida a 2.500 m de profundidad cerca de unas emanaciones calientes, denominadas "surgencias hidrotérmicas". Dos años después, otra expedición del submarino Alvin descubrió organismos amontonados alrededor de "fumarolas negras" que surgían en regiones volcánicas calientes del fondo marino, junto con aguas ricas en minerales.

Sus codiciadas enzimas

Estos seres se han revelado extraordinariamente útiles para el hombre en los procesos industriales y biotecnológicos. Lo más codiciado son sus enzimas.

Se utilizan en la industria textil, en el diagnóstico de enfermedades y en la elaboración de drogas y alimentos.

Las enzimas de los psicrófilos -por ejemplo- son muy apreciadas porque se pueden usar para procesar alimentos que necesitan mantenerse en frio para no deteriorarse, para fabricar perfumes (ya que sus componentes volátiles se evaporan a altas temperaturas) o incorporarse a los detergentes para lavado en frio. Las enzimas de los alcalófilos son las más buscadas por los fabricantes de detergentes.

El más famoso de los termófilos es el Thermus aquaticus, del cual se extrae la enzima "Taq polimerasa", una molécula clave en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) utilizada en ingeniería genética, por ejemplo para la identificación de personas sobre la base del ADN o el diagnóstico de enfermedades.

El estudio de extremófilos es importante también para disciplinas como la Exobiología e incluso para la Ecología, porque estas formas de vida pueden degradar materias consideradas perjudiciales para el entorno natural.