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La guerra interétnica entre kirguises y uzbekos deja 275.000 desplazados y 170 muertos

  • La presidenta del país dice que no es necesaria una fuerza de paz
  • Uzbekistán ha cerrado la frontera porque "ya no hay sitio"
  • El número de refugiados podría sobrepasar los 100.000

Ver también: ¿Qué ocurre en Kirguizistán?

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Uzbekistán cierra su frontera con Kirguizistán

La guerra interétnica entre kirguises y uzbekos ha causado en apenas cinco días el desplazamiento forzado de 200.000 personas dentro de Kirguizistán y la huida de 75.000 a la vecina Uzbekistán, según ha afirmado un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

"Tememos que a menos que la paz y el orden regresen, mucha más gente podría quedar rápidamente desplazada y dirigirse a las zonas rurales del país o intentar cruzar a Uzbekistán", ha declarado Andrej Mahecic en una rueda de prensa.

La Oficina de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos cuenta con indicios de que la violencia que se ha apoderado del sur de Kirguizistán "no es el resultado de choques étnicos espontáneos", sino que ha sido "bien planificada y dirigida".

Y es que los violentos disturbios entre kirguises y uzbekos se han convertido en una tragedia humanitaria que se ha cobrado al menos 170 vidas y ha dejado más de 1.700 heridos

Más aún, la presidenta del país, Rosa Otunbáyeva, ha reconocido que puede haber muchos más muertos que los 170 reconocidos actualmente.

"Puedo creer que haya habido 700 muertes; la diferencia entre las cifras oficiales y las no oficiales puede ser ésa", ha declarado Otunbáyeva, citada por la agencia rusa RIA-Nóvosti, al contestar a una pregunta sobre los números de víctimas que ofrecen distintas fuentes.

La presidenta interina ha explicado que, según la tradición, la gente entierra inmediatamente a su difuntos, sin llevarlos al hospital para que sean establecidas las causas de muerte

Kirguistán no ve necesario enviar fuerzs de paz

Sin embargo, la presidenta interina ha declarado que de momento no ve necesidad de enviar fuerzas de paz al sur del país, donde -ha asegurado- "el conflicto está amainando".

"El conflicto en Osh y Jalal-Abad está amainando, y el Gobierno provisional confía en que se mantendrá esta tendencia", ha declarado Otunbáyeva en una rueda de prensa.

Además, han anunciado que el referéndum sobre la nueva Constitución se celebrará el próximo 27 de junio tal y como estaba planeado, a pesar de los disturbios étnicos.

El pasado sábado, la líder kirguís anunció que había solicitado a Rusia el envío urgente de fuerzas de paz para controlar la situación en el sur de Kirguizistán.

El Kremlin respondió ese mismo día que consideraba el conflicto en Kirguizistán un "asunto interno" de ese país centroasiático, aunque se mostró abierto a que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) estudiase la solicitud de las autoridades kirguises.

Además de Rusia, la OTSC la integran otras seis antiguas repúblicas soviéticas: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán.

"No tenemos sitio para acogerlos"

Mientras, Lynn Pascoe, alto funcionario de Naciones Unidas, ha indicado la conveniencia de ayudar a la vecina Uzbekistán a soportar la llegada de refugiados, que ya asciende a 75.000, y que pronto podría sobrepasar los 100.000.

La Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, ha pedido a Uzbekistán que "deje las fronteras abiertas" y permita el paso de todos los refugiados.

"Hace muchos años que la región está bajo un polvorín, y por esa razón es esencial que las autoridades actúen de forma firme para frenar la violencia -que parece estar orquestada, y bien planificada- antes de que se expanda por todo Kirguizistán o incluso a través de las fronteras, hacia los países vecinos", ha advertido Pillay en un comunicado.

El viceprimer ministro ukbezo, Abdulá Arípov, ha afirmado que "no tenemos más sitio para acogerlos" y ha tomado la decisión de cerrar la frontera. El ejecutivo del país centroasiático ha justificado su decisión en la incapacidad material que tiene para acoger a las decenas de miles de refugiados que se agolpan en la frontera y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para resolver la situación de estas personas.

"Unos 15.000 ukbezos se encuentran atrapados en la frontera en una condiciones muy deficientes, sin agua y sin comida", ha explicado el corresponsal de TVE en Moscú, José Carlos Gallardo.

China, India, Pakistán y Corea del Sur han fletado vuelos para ayudar a sus ciudadanos atrapados en la república de Asia Central.

Asesinatos indiscriminados

Pillay ha afirmado que existen evidencias de asesinatos indiscriminados, incluso a niños, y violaciones. "Estamos recogiendo pruebas de que no ha sido accidental, sino orquestado, planificado. No podemos probarlo ahora mismo, pero hay bastantes indicios que señalan que así ha sido", ha asegurado un portavoz de Pillay, Rupert Colville, en la BBC.

Los refugiados uzkekos también han denunciado la actuación del Ejército que, aseguran, ha sido cómplice de las bandas incontroladas de kirguís que atacaron los barrios uzbekos en Osh y otras ciudades del sur del país.

"Es un genocidio planificado contra el pueblo uzbeko", ha denunciado Akbar, uno de los refugiados que han cruzado la frontera entre Kirguistán y Uzbekistán en los peores enfrentamientos étnicos en décadas.

"En la carretera a la frontera había cuerpos quemados de mujeres por todas partes y vehículos blindados dispararon contra nosotros", ha declarado a AFP Marhabo, una anciana en un campamento de refugiados.

Así lo ha reconocido incluso un oficial de una unidad de tanques, Bakhtior Sharipov, que ha desertado después de ver a sus compañeros abrieron fuego contra civiles de la comunidad uzbeka en el sur de Kirguistán.

"Lo que vi no fue un comportamiento de un ejército sino los disparos a civiles en la diáspora de Uzbekistán en cooperación con grupos de bandidos", ha denunciado el teniente.

Por otra parte, ha señalado que había visitado la frontera entre Kirguizistán y Uzbekistán, donde se concentra un gran número de refugiados uzbekos huidos de las zonas en conflicto.

Kirguizistán, con una superficie de 198.500 kilómetros cuadrados, tiene un población de 5,3 millones de habitantes, de los cuales cerca del 14% son uzbekos, que residen mayoritariamente en el suroeste del país, la región afectada por la ola de violencia.