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El Consejo de Seguridad de la ONU endurece las sanciones contra Irán

  • La resolución sale por 12 votos a favor, dos en contra y una abstención
  • Castiga a la Guardia Revolucionaria, la industria militar y amplía la lista negra
  • Irán se escuda en Turquía y Brasil

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Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán

Tal como estaba previsto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado una nueva tanda de sanciones contra Irán por su programa nuclear.

12 miembros de los 15 que integran el Consejo han votado a favor. Ninguno de los cinco permanentes ha ejercido su derecho de veto. Pero Turquía y Brasil se han opuesto a la nueva resolución, la 1929. Líbano se ha abstenido.

La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, dijo este martes que son "las sanciones más significativas a las que Irán ha hecho frente nunca", pero lejos de las "consecuencias catastróficas" que defendía el año pasado. La embajadora en Naciones Unidas, Susan Rice, calcula que tendrán un impacto significativo en Irán.

El régimen de Teherán considera que la resolución es una muestra de que Occidente no busca un acuerdo y "prefiere la confrontación", en palabras del enviado iraní a Naciones Unidas, Mohammad Khazaee. Irán ha amenazado con cancelar todas las negociaciones sobre su programa nuclear.

La Guardia Revolucionaria en el punto de mira

La resolución es el cuarto paquete de sanciones que impone Naciones Unidas para frenar el programa nuclear iraní. Teherán asegura que sólo tiene fines pacíficos; la comunidad internacional sospecha que persigue construir la bomba atómica.

El castigo al desafío de Irán es triple. Pone en el punto de mira a la Guardia Revolucionaria iraní, responsable de la represión de los opositores al régimen. En segundo lugar, sanciona la industria militar y nuclear. La resolución prohibe a Irán la compra de armas pesadas e insta a la comunidad internacional a inspeccionar todos los barcos y aviones que salgan y entren del país, en línea con las sanciones a Corea del Norte. 

Y por último, amplía a 40 la lista negra de empresas iraníes, bloqueando sus transacciones comerciales y financieras. 15 están ligadas a la Guardia Revolucionaria. Esta lista ha sido objeto de duras negociaciones durante meses, especialmente con China y Rusia, que se oponen a que la resolución castigue a la población iraní y tratan de proteger sus inversiones en el país.

Lo cierto es que la industria petrolera y gasista de Irán, su principal exportación, sale indemne del castigo. Y como señalan los escépticos, las tres rondas de sanciones impuestas desde 2006 no han conseguido frenar el programa nuclear iraní ni han aumentado la dependencia energética de Teherán. De hecho, en los últimos años ha reducido sus importaciones de refinados del 40 al 25%.

El desafío de Turquía y Brasil

Una de las novedades más significativas de la votación de este miércoles es el desmarque de Turquía y Brasil, creen que las sanciones no son efectivas. Irán no ha permanecido de brazos cruzados mientras Estados Unidos desplegaba su diplomacia y ha hecho lo propio. El logro más sustancial ha sido el acuerdo firmado con estos dos países emergentes para transferir parte de su uranio enriquecido.

Tanto EE.UU. como Francia y Rusia han descalificado ese pacto pocas horas antes de la votación. Washington considera que es un obstáculo a los esfuerzos para frenar el programa nuclear iraní. Aunque sea similar a la oferta que hicieron las potencias mundiales, permite a Irán conservar suficiente uranio en su territorio para proseguir su investigación y no aclara sus intenciones.

El desafío turco muestra dos aspectos importantes. En lo político, Ankara crece como actor regional y líder musulmán, involucrado en la estabilidad de la zona por cuenta propia y discrepante de la política de Washington. El último episodio ha sido la congelación de relaciones con Israel tras el ataque a la flotilla. En el viraje al Este cuenta el rechazo de la UE a admitir a Turquía como miembro. Sería la sexta economía de la Unión, por detrás de España.

Pero más sustantivo es el aspecto económico. El conflicto de Oriente Medio, tanto en Irak como Palestina, ha perjudicado el desarrollo de la zona de influencia del antiguo imperio otomano. Y el partido del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, está integrado por comerciantes. Un buen ejemplo de todo esto es el gasoducto que quiere construir Irán para abastecer a Alemania y reducir su dependencia de Rusia. El gasoducto tiene que pasar por Turquía y es un negocio suculento.