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El gato de cabeza plana, en peligro

Por

Ciencia al Cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad.

Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Es un lindo gatito salvaje, pero un poco más pequeño. No alcanza los dos kilos de peso y mide unos 50 centímetros. Vive en el sureste asiático y es muy especial. Tiene una característica que lo distingue de todos los demás gatos: su cabeza es aplastada y pelirroja. Su nombre es Gato de cabeza plana.

Le gusta el agua y tiene los dedos parcialmente palmeados

También es conocido por el nombre de gato-turón.  Y es que se parece a uno, a uno de estos mustélidos. Le gusta el agua. Vive junto a ríos y estanques, en bosques.

Come peces, gambas, ranas y pequeños roedores.

Está tan adaptado a la vida semiacuática que sus dedos son parcialmente palmeados y sus premolares superiores son grandes y afilados (le ayudan a agarrar con fuerza las presas más resbaladizas.

Su cráneo es largo y estrecho con la frente aplanada y las orejas pequeñas y bajas. Le sirve para bucear mejor. El pelo es rojizo.  El resto del cuerpo es pardo plateado.

Especie amenazada

En 2008 se declaró especie protegida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.  Su distribución se limita a Tailandia, Malasia y las islas de Borneo y Sumatra.

El 70% de los lugares que este gato solía habitar han sido destruidos y convertidos en plantaciones. Ahora la mayoría del paisaje es muy diferente al de una selva húmeda. De los pequeños parches de selva que quedan y en los que sigue habitando este ser tan original, solo el 16% están protegidos.

Precisamente por estar tan fragmentado su territorio, es muy importante, crucial para la supervivencia de esta especie, que los científicos, los conservacionistas y los comerciantes que explotan las tierras estén en constante contacto y dialoguen con frecuencia con el objetivo de llegar a acuerdos sobre cómo hacer las cosas bien, sobre cómo para explotar las tierras, sin abocar a la extinción a los animales que habitan los ríos.

Es una de las conclusiones principales del estudio de la situación del gato de cabeza plana publicada recientemente en la revista PloS ONE. 

CIENCIA AL CUBO

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