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Día de duelo en Moscú entre críticas al gobierno de Medvedev por falta de seguridad en el país

  • Rusia anula los de programas de diversión para este martes
  • Las banderas, a media asta
  • Se acusa al gobierno de no haber previsto el ataque

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Moscú, entre el duelo y críticas al gobierno

Rusia afronta el primer día después del atentado rindiendo un homenaje a sus muertos. Este martes es día oficial de duelo en un ambiente en el que también se recrimina al gobierno su política de seguridad en el país.

Para este mediodía está prevista una misa en la Iglesia ortodoxa de Cristo Salvador, el edificio religioso más grande de la ciudad. Además, las banderas deben estar a media asta y las cadenas de televisión así como los teatros, deben anular sus programas de entretenimiento y diversión.

Se espera que los primeros funerales tengan lugar este martes entre unas medidas de seguridad que se han visto incrementadas en todo el país. Los ataques perpetrados por mujeres suicidas dejaron 39 víctimas mortales y 73 heridos.

Tras las primeras horas de los ataques, los rusos han estado encendiendo velas y depositando flores en memoria de las víctimas en las estaciones de metro de Lubyanka y Park Kultury.

¿Se podía haber previsto?

Ahora los esfuerzos se centran en encontrar a los autores de la matanza. Las autoridades creen que el doble atentado fue llevado a cabo por rebeldes musulmanes del Cáucaso Norte, al sur de Rusia, que luchan por su independencia, aunque todavía ningún grupo lo ha reivindicado.

De hecho, se ha abierto también la posibilidad de que Al Qaeda haya colaborado en el atentado.

La prensa rusa ha amanecido este martes con acusaciones al gobierno del Primer Ministro Vladimir Putin. Según apuntan, Putin y su equipo debían haber previsto los ataques.

"La realidad puso fin a las alusiones de seguridad" afirma el diario económico Vedomosti. Unas alusiones que, según informa, el gobierno ruso hacía defendiendo que el terrorismo procedentde del Cáucaso Norte no amenazaba ya a ciudadanos comunes.

El ataque se produce, por primera vez en seis años, en Moscú por parte de insurgentes islamistas. Por ello, la gran preocupación es el comienzo de una nueva oleada de ataques por parte de los rebeldes del Cáucaso Norte.