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Los desplazados de Waziristán pasarán todo el invierno lejos de sus hogares

  • Cerca de 200.000 civiles han huido de los combates de la región tribal pakistaní
  • Hasta la primavera no podrán volver a sus hogares
  • Todavía hay 5.000 civiles atrapados en la zona de conflicto
  • Hasta ahora, más de 500 insurgente y 63 soldados han muerto en la ofensiva

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Cientos de desplazados de la conflictiva región de Waziristán del Sur, reciben ayuda humanitaria en un campamento de Dera Ismail Khan, Pakistán
Cientos de desplazados de la conflictiva región de Waziristán del Sur, reciben ayuda humanitaria en un campamento de Dera Ismail Khan, Pakistán

Los más de 200.000 civiles que han huido de los combates en la región tribal de Waziristán del Sur permanecerán alejados de sus hogares al menos hasta la primavera, según ha afirmado el Ejército paquistaní.

"Vencer todos los focos de resistencia insurgente nos va a llevar bastante tiempo y ahora llega el invierno. Esto hace que nos fijemos como objetivo el regreso de los desplazados a Waziristán en marzo o abril", ha asegurado el teniente general Nadim Ahmad, quien dirige el grupo especial del Ejército de apoyo a los desplazados.

En la población noroccidental de Dera Ismail Khan, cabecera del distrito homónimo, se han refugiado muchos de los civiles que han huido de la operación que las fuerzas de seguridad iniciaron hace cuatro semanas en el principal feudo de los talibanes paquistaníes.

Un estadio de críquet en desuso de esta ciudad se ha convertido en el centro neurálgico para la asistencia a los desplazados, con centros de registro, un hospital militar, talleres para aprender oficios y almacenes de comida, entre otros servicios.

Por allí pasan durante el día centenares de miembros de la temida tribu pastún "Mehsud", que viven en el tercio nororiental de Waziristán del Sur, territorio al que se limita una ofensiva a gran escala contra la insurgencia talibán que el mando militar comenzó a preparar desde el pasado mes de junio.

"Llegué hace un mes tras caminar muchas horas. Un familiar se quedó para cuidar de nuestros animales. Ahora estoy aprendiendo a ser carpintero", explica Mohamed Junaid, un adolescente que participa en uno de los cursos organizados por las autoridades para formar a unas 25.000 personas en oficios como electricista o albañil.

No muy lejos, otro joven, Waqar Ahmed, espera su turno, junto a decenas de paisanos, todos hombres, para recoger un paquete de comida que repartirá con los cuarenta miembros de su familia que desde hace tres meses viven en dos habitaciones de una pequeña casa de Dera Ismail Khan.

"Muchos desplazados de Waziristán tienen segundas viviendas, de invierno (en Dera Ismail Khan y el distrito vecino de Tank), y otros las han alquilado o están con sus parientes. Los "Mehsud" no quieren vivir en campos de acogida, es cuestión de orgullo, de costumbres. Prefieren coger una tienda de campaña y plantarla en el patio", ha señalado Ahmad.

5.000 civiles están aún atrapados en el conflicto

El general, que tiene a medio millar de soldados a sus órdenes para gestionar las necesidades de los desplazados, calcula que aún hay unos 5.000 civiles atrapados en la zona de conflicto,  que tiene una población total cercana a 250.000 personas.

Hasta ahora, más de 500 insurgentes y 63 soldados han fallecido en la ofensiva, que por "la rapidez" de ejecución "pilló por sorpresa" a los talibanes, según Ahmad.

El militar ha agregado que la crisis humanitaria por el desplazamiento masivo de personas se ha controlado "mucho mejor" esta vez tras la experiencia acumulada por la operación lanzada la pasada primavera en el valle norteño de Swat.

Pero para los que se han visto forzados a dejar sus casas por el conflicto armado no basta con buenas palabras.

"Sólo pedimos que no nos falte comida para el invierno, que el dinero llegue a tiempo y que tengan en cuenta los precios altos de las viviendas a los que tenemos que hacer frente", observa Mir Zaman, un miembro del "Comité Mehsud", una especie de sindicato para la defensa de los derechos de la tribu frente a las autoridades.

Con un gesto convencido pero con signos de agotamiento, Zaman se ha mostrado esperanzado en que la operación dé buenos resultados y que "pronto" los desplazados puedan regresar.

"Estamos hartos de ser testigos del sufrimiento de la población civil, de perder nuestras casas. Cuando no es un misil de un avión espía de EEUU, se trata de un bombardeo o de combates", ha explicado.

Zaman ha revelado que durante los últimos años "los talibanes tenían completo control" de la zona y "hacían lo que querían".

"La autoridad del Gobierno era inexistente. Inshallah (Si Dios Quiere) habrá paz y desarrollo a partir de ahora", desea Zaman.