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Ejecución televisada de un mafioso italiano, en plena calle y a plena luz del día

  • La fiscalía ha hecho público el video buscando la colaboración ciudadana
  • La ejecución de Mario Bacio Terracino ha sido grabada por una cámara
  • Sorprende la frialdad del sicario y de los testigos del brutal asesinato

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Ejecución televisada de un mafioso italiano en plena calle

Es la primera vez que la fiscalía de Nápoles hace público el vídeo de una ejecución de la camorra buscando la colaboración ciudadana.

Todo sucede en unos segundos ante una cámara fija. El plano secuencia se inicia con una mujer a la puerta de un bar que hurga en su monedero. A su lado cruza un hombre con una cazadora y gorra de béisbol que entra en el bar. Al otro lado de la puerta del establecimiento otro hombre, con camisa blanca por fuera del pantalón, fuma plácidamente un cigarro. Se trata de Mario Bacio Terracino, que parece esperar a alguien en ese bar situado en la Via Cavour, muy cerca del feudo camorrístico de Casa del Príncipe. Es mediodía y absorbe el cigarro con el sosiego de quien se siente tranquilo. De repente, de dentro del bar empieza a salir una sombra. Es el hombre de gorra que ha entrado hace unos segundos.

Le dispara a quemarropa por detrás. Le alcanza en la espalda. La víctima cae al suelo, mientras la mujer que hurgaba en el monedero, echa a andar tras haber echado una ojeada a lo que ha ocurrido a sus espaldas. No vuelve la mirada y desaparece. Pero el sicario aún no ha acabado.

Los testigos ni se inmutan

Con absoluta frialdad, remata a la víctima con un tiro de gracia en la cabeza y se va tranquilamente mientras mete la pistola en el bolsillo. El gris de la acera se empieza a teñir de un viscoso color rojo. Aparece un hombre que mira el cuerpo tendido, mientras retira algo que apenas se ve en el objetivo. La sangre se despanzurra por la acera. Junto al inmolado, cruza un padre que lleva en brazos a su hija pequeña. Lo mira y sigue su camino.

Es escalofriante la frialdad de la escena. No sólo del asesino. También de la mujer que deja de hurgar en el monedero y se va, del hombre que recoge el cartón, el periódico o lo que fuera y se va, del padre que cruza al lado del cuerpo de donde brota la sangre aún caliente y sigue su camino.

El asesino es perfectamente reconocible porque pasa ante la cámara sin escondese. Se ve que es un varón de mediana edad, fuerte y que lleva una barba recortada. Por eso la fiscalía ha difundido el vídeo. En la zona todos se conocen y el ministerio público espera contar con la colaboración para encontrar al sicario.