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Cataluña estrena un sistema de velocidad variable máxima en función de los atascos y la metereología

  • El sistema ya funciona en algunos accesos de Barcelona, la C-31 y la C-32
  • El límite de velocidad irá en función de los atascos o el clima
  • Existen críticas sobre si se debería poder circular a más de 80 km/h

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Desde enero de 2008 en Barcelona es obligatorio conducir a 80 kilómetros por hora en el primer cinturón de la ciudad. La medida se puso en marcha en medio de una fuerte polémica y el rechazo de los conducotres.
Desde enero de 2008 en Barcelona es obligatorio conducir a 80 kilómetros por hora en el primer cinturón de la ciudad. La medida se puso en marcha en medio de una fuerte polémica y el rechazo de los conducotres.

El límite será siempre el mismo: 80 kilómetros por hora. Los conductores que circulen por la autovía de Castelldefels (C-31) y en la autopista del Garraf (C-32) a partir de ahora tendrán que hacer caso a los nuevos luminosos que se han instalado en las carreteras. Estos carteles les irán marcando diferentes límites de velocidad permitida, en función de la congestión, la contaminación, los accidentes y la meteorología.

Esta medida se pondrá en marcha tras el verano en la B-23/AP-2, y en 2010 en los accesos norte de la ciudad.

En las carreteras donde ya se aplica el límite máximo de velocidad de 80 kilómetros por hora, como es el caso de la C-31 y la C-32, este límite se mantendrá vigente, aunque en las de la segunda corona en las que se empiece a utilizar la velocidad variable, el límite máximo puede bajar hasta 40 kilómetros por hora en casos de congestión.

Sistema pionero

Este control dinámico de la velocidad que ha estrenado el Servicio Catalán de Tráfico persigue tres objetivos básicos: reducir atascos, mejorar la seguridad vial y reducir la contaminación. Según la Generalitat, este sistema pionero en España ¿supone un cambio de concepción y de funcionamiento en el modelo de gestión del tráfico".

La aplicación de la medida ha supuesto la instalación de 175 señales luminosas en portales a cada kilómetro, y la instalación de señales laterales en los accesos a ambas vías, además de un panel de mensajería variable y tres cámaras en la salida del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, la B-20. Un programa informático manejará los datos recogidos en estaciones de toma de datos instaladas cada 500 metros y conocerá en tiempo real la velocidad media de los vehículos por sentido.

El límite máximo de 80 km/h no se modificará por las noches mientras los indicadores de contaminación no se sitúen en los umbrales establecidos por la UE y se garantice que no aumentan los accidentes. Los conducotres que no cumplan las normas no serán sancionados hasta dentro de dos meses.

Polémica abierta

La velocidad variable se estrena con la polémica.  El Racc y otras entidades, así como CiU, han pedido al Govern que revise al alza el límite máximo de velocidad cuando las condiciones de la vía permitan ir a más de 80 kilómetros por hora, por ejemplo de noche. Por su parte, el PP ha pedido que se suprima la zona 80.

En este sentido se pronunció el conseller de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, que consideró que el SCT debería plantearse la posibilidad de aplicar la velocidad variable al alza, porque esta decisión sería bien recibida por todos.

Por su parte, el conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, negó que haya debate en el seno del Govern y reiteró que la medida se mantendrá hasta que mejoren los indicadores de contaminación en Barcelona y su área metropolitana.