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Human Rights Watch pide a Obama una "revaluación radical" de la política en DDHH

  • La organización HRW tiene la "esperanza" de que Obama marque una nueva dirección
  • Culpa a Bush de haber "socavado profundamente la influencia de EE.UU."
  • Piden a Obama que cierre las cárceles secretas de la CIA y firme el TPI
  • Critica a países como Argel, Egipto y Pakistán y defiende a Argentina, Chile o México

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La organización Human Rights Watch (HRW) ha instado al presidente electo de EE.UU., Barack Obama, a que haga una "revaluación radical" de la política del país sobre derechos humanos, cuya defensa le pidió que la ponga en el "corazón" de su agenda.

En su informe anual, que revisa la situación de los derechos humanos en el mundo en 2008, HRW señala que la "mala conducta" de la administración del presidente George W. Bush en materia de derechos humanos ha "socavado profundamente la influencia de EE.UU." en el escenario mundial para presionar y garantizar su cumplimiento.

"Por primera vez en casi una década, EE.UU. tiene una oportunidad para recuperar su credibilidad en el mundo al pasar página de las abusivas políticas de la administración Bush, y debería hacerlo cuanto antes, indicó el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.

En su informe, la organización acusa a EE.UU. de haber perdido el liderazgo en foros internacionales de defensa de los derechos humanos, en gran parte porque ha perdido credibilidad y, en consecuencia, ha sido acusado de hipocresía y de doble moral. "La administración de Bush ha optado por responder a los serios desafíos de seguridad que representa el terrorismo ignorando los requerimientos más básicos de la ley internacional sobre derechos humanos", señaló HRW.

La llegada de Obama genera "esperanza"

En este contexto, la llegada de Obama a la Casa Blanca genera la "esperanza" de que EE.UU. asuma de nuevo un lugar de liderazgo en la defensa de los derechos humanos, afirmó la organización. En un capítulo titulado "una nueva dirección en Washington", Roth asegura que Obama "tiene que reparar el enorme daño causado por la administración Bush y comenzar a restaurar la reputación y la eficacia de EE.UU. como defensor de los derechos humanos".

Para ello, "como primer paso vital, Obama y su equipo deberían revaluar radicalmente cómo debe enfocar EE.UU. la luchar contra el terrorismo", señaló el director ejecutivo de HRW. A juicio de Roth, "no solamente está mal sino también es inútil cometer abusos en el nombre de la lucha antiterrorista o justificar violaciones por parte de gobiernos represivos porque se cree que son aliados en la lucha contra el terrorismo", sentenció.

En este contexto, HRW recomienda a Obama que cierre de manera permanente las cárceles secretas de la CIA, elabore nuevas normas para esta agencia y el Ejército sobre las prácticas de interrogatorios, clausure Guantánamo repatriando a los presos o juzgándolos en tribunales civiles y cree una comisión que investigue los abusos cometidos en el marco de la lucha antiterrorista.

Piden que firme el Tratado Penal Internacional

Por otra parte, el presidente electo también debería señalar al mundo que, a partir de ahora, el Gobierno de EE.UU. se someterá a los requerimientos que establece la ley internacional sobre Derechos Humanos, y reincorporarse a las instituciones internacionales. Eso implica, dijo Roth, que Washington se convierta en miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU con la intención de hacer de este organismo una institución efectiva en la promoción de los derechos humanos, firme el tratado del Tribunal Penal Internacional (TPI), y ratifique otros convenios claves en esta materia.

En su informe, HRW critica además a EE.UU. y a la Unión Europea (UE) por haber perdido su liderazgo y permitir que países que abusan de los derechos humanos encuentren aliados en los organismos internacionales. Para la organización, los días en los que Washington, Bruselas u otras capitales occidentales tomaron la iniciativa en el debate sobre los derechos humanos "han pasado".

Por contra, hoy en día, países como Argel, Egipto y Pakistán, apoyados por China, Rusia, India y Suráfrica, defienden en los organismos su derecho a "hacer lo que quieren" con argumentos como la soberanía, la no interferencia y la solidaridad regional. HRW elogia en su informe a los países que no han caído en esta práctica y defienden cada vez más los derechos humanos, como ocurre con Argentina, Chile, Costa Rica, México y Uruguay en América Latina.