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Txeroki, el etarra que acabó con la tregua

  • Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, jefe militar de ETA, ha sido detenido en el sur de Francia
  • Curtido en la kale borroka y huido a Francia en 2002, era el encargado de los comandos
  • El jefe militar de la banda terrorista ETA tiene 22 causas pendientes en la Audicencia Nacional
  • Pertenece a la línea dura y ordenó el atentado de la T-4 de Barajas, que puso fin a la tregua
  • Se le considera el responsable del asesinato de dos guardias civiles en Capbreton

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Perfil del terrorista arrestado en Francia, Txeroki

Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki, se había convertido en los últimos años en el principal objetivo de las fuerzas de seguridad, ya que encarnaba al sector más duro de ETA, opuesto a la tregua y responsable de la decisión que acabó con ella: el atentado de la T-4 de Barajas en diciembre de 2006.

Nacido en Bilbao el 6 de julio de 1973, Txeroki o Arrano o El Indio destacó por su violencia en la kale borroka, según fuentes de la lucha antiterrorista, que sitúan su salto a ETA en el año 2000, tras la ruptura de la tregua de 1998-1999, como colaborador del comando Vizcaya.

Tras la detención de los principales integrantes de ese comando, Txeroki fue uno de los encargados de reconstruirlo y en esa época participó en varios atentados, entre ellos el asesinato del magistrado José María Lidón en noviembre de 2001.

Acumula 22 causas pendientes

El jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu, tiene 22 causas pendientes en los seis juzgados centrales de instrucción de la Audiencia Nacional, entre las que destacan el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton (Francia), en diciembre pasado, y el atentado en la T-4.

Según han informado fuentes fiscales, estos 22 procedimientos, que tiene abiertos como autor material o como inductor, llevan aparejada la prisión provisional y la correspondiente orden europea de detención y entrega (OED), por lo que la Fiscalía está estudiando con Francia si puede ser entregado de forma temporal a España para ser juzgado por todas estas causas.

Representantes de la Fiscalía de la Audiencia Nacional no descartan que, a la luz de la documentación que le ha sido intervenida, se le puedan imputar más acciones de la banda, ya que "es razonable pensar que todos los atentados" tras la ruptura de la tregua "han sido ordenados por él".

La primera causa que tiene es por un acto de colaboración con el 'comando Ituren' de ETA en 2000, cuando todavía no había pasado a integrar ETA; mientras que desde 2001 a 2003 se le imputan envíos de paquetes-bomba como miembro del comando K-Olaia (llamado así en recuerdo a la etarra fallecida Olaia Casteresana). Los procedimientos que tiene abiertos a partir de 2004 son por inducir a la comisión de atentados como jefe de los comandos de ETA.

Otro de los atentados en los que los investigadores sitúan al etarra detenido esta madrugada fue la colocación de una bomba lapa en febrero de 2002 en el vehículo del dirigente de las juventudes socialistas vascas, Eduardo Madina, quien perdió una pierna en la explosión.

Reclamado en todos los juzgados

Aspiazu Rubina tiene causas pendientes en todos los juzgados de la Audiencia Nacional como autor e inductor de un total de 22 atentados terroristas, de los cuales cinco se investigan en el Juzgado Central de Instrucción número 1.

Se trata de su participación en el atentado contra el dirigente socialista Eduardo Madina, que perdió una pierna al explotar una bomba lapa en los bajos de su vehículo (19 de febrero de 2002); la colocación de artefactos en gasolineras de Madrid (3 de diciembre de 2004); la explosión de un coche bomba en Bilbao (12 de enero de 2002); la explosión de otro artefacto en la localidad vizcaína de Amorebieta (1 de diciembre de 2001) y la orden al 'comando Elurra' para que atentara en la T-4 (30 de diciembre de 2006).

Huida a Francia

A mediados de 2001, Mikel Garikoitz Aspiazu se trasladó a Francia y rápidamente entró en el círculo de confianza del entonces máximo dirigente de ETA, Mikel Albizu Antza y de su compañera Soledad Iparraguirre Anboto, quien se encargó personalmente del adiestramiento del etarra que, a su vez, asumió tareas de formación de comandos en el uso de armas y explosivos.

Las fuerzas de seguridad creen que Txeroki que, a partir de 2004 se hizo cargo de la coordinación de los comandos, representa el sector más duro de la banda y los expertos le apuntan directamente como responsable del golpe de timón que supuso el atentado de Barajas que puso fin al denominado proceso de paz en diciembre de 2006.

Obsesion por la seguridad

Aspiazu Rubina es el mayor exponente de la nueva ETA de la que se viene hablando desde el último alto el fuego. Terroristas venidos de la kale borroka, sin demasiada experiencia, pero más violentos y poco amigos de negociaciones. Además, esos terroristas estarían organizados en una estructura más preocupada por la seguridad y, por tanto, serían menos conocedores cada uno de la actividad de los otros.

Txeroki, además de dirigirles, parece haber sido su único contacto, evitando así fugas y filtraciones, siempre según las hipótesis policiales, en las que se destaca que el jefe del aparato militar de ETA ha participado directamente en reuniones, traslados y cursillos que en principio parecerían más indicados para cargos intermedios.

Ese contacto directo de Aspiazu con los miembros de los comandos a los que enviaba a atentar a España se puso dramáticamente de manifiesto en diciembre de 2007 en el asesinato en Capbreton (Francia) de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno, ya que, según el testimonio de los dos etarras detenidos del comando NafarroaTxeroki les confesó que fue él directamente quien apretó el gatillo.