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Perfil de O. J. Simpson

  • El que fuera un brillante jugador de fútbol fue acusado del asesinato de su esposa
  • Su absolución por parte de un jurado, afroamericano en su mayoría, levantó una polvareda
  • Los malos tratos a su última esposa, asesinada, apuntaron a él como culpable

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Simpson y su hermana en Las Vegas
Simpson y su hermana Durio llegan para escuchar el veredicto en la Corte Regional de Justicia de Las Vegas.

El ex jugador de fútbol americano O.J. Simpson se enfrenta una vez más a los tribunales. Un tribunal de Las Vegas lo ha declarado culpable ahora de robo a mano armada y de conspirar para perpetrar un secuestro, lo que podría costarle unos 13 años de cárcel.

En 1995 ya fue acusado del asesinato de su ex mujer, Nicole Brown Simpson, y de su amigo Ronald Goldman. Aquel proceso fue un escándalo que conmocionó a Estados Unidos durante un año, con los ingredientes típicos de un guión de película, donde se mezclaba el dinero, el asesinato y el sexo.

El último encontronazo del ex boxeador con los tribunales ha durado menos de tres semanas y ha concitado un interés mucho menor hasta que se ha conocido el veredicto.

De héroe a villano por un asesinato

Antes de 1994, Simpson contaba con la popularidad y la admiración de los estadounidenses, era un American hero más en el firmamento de las estrellas. Su fama venía de su condición de atleta y de haber prestado su cara a numerosas campañas de publicidad.

Fue uno de los paradigmas del sueño americano. Salió de un gueto de San Francisco, donde se crió, y llegó a vivir en una mansión en Los Ángeles tras consagrarse como un gran jugador de fútbol americano.

Pero todo esto cambió cuando se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de su mujer. Millones de americanos permanecieron frente al televisor para ver en vivo cómo la policía lo perseguía durante una hora y media por las calles de Los Ángeles. Al final desistió de la alocada carrera y se entregó en su propia casa.

Gracias a su carrera profesional saboreó las mieles del prestigio y la fama tras años de sacrificio y de trabajo. En 1969, en una entrevista para el New York Times, ya dijo que el mayor logro de su vida fue conseguir "que la gente lo mirara como a un hombre, no como a un hombre negro".

Polémica por su puesta en libertad

Sin embargo, ante el tribunal, el asunto del color de su piel no pasó de largo. Su abogado, Johnnie Cochran, fue acusado de jugar con la carta de la raza del acusado al afirmar que la policía había manipulado pruebas para poder acusar Simpson sólo porque era una estrella negra. El jurado estaba compuesto en su mayoría por ciudadanos afroamericanos.

Su salida en libertad despertó una polvareda entre la opinión pública norteamericana. Para los blancos era una humillación que Simpson se paseara por la calle en libertad.

El deportista que había despertado el cariño y la simpatía de la sociedad, que lo tenía por un hombre simpático, generoso, trabajador y carismático. Su esposa y él se casaron en 1985, y para muchos eran una pareja modelo.

Pero el juicio mostró su lado más oscuro, una relación matrimonial marcada por la violencia contra su esposa. Ya en 1989 hubo un macabro preludio. La policía acudió al hogar familiar y se encontró a Nicole fuera, con un ojo morado y sangrando por el labio. Ella se echó en los brazos de un agente gritando "él quiere matarme".

Pero ella decidió no denunciar a su verdugo, aunque el fiscal decidió continuar adelante y acusarlo de malos tratos. Fue multado y se le mantuvo vigilado durante dos años.

El matrimonio continuó conviviendo durante otros tres años antes de divorciarse.

Unos comienzos duros

Antes de este sombrío historial el deportista tuvo una vida brillante. Nacido en 1947, fue un niño patizambo aquejado de raquitismo, pero fue capaz de escapar de su barriada porque era un corredor extraordinario. De esta forma se convirtió en uno de los mejores corredores de la historia del fútbol americano.

Fue a la universidad de Southern California, donde fue nombrado el primer jugador del equipo universitario en 1968. Después se fue a Buffalo, en Nueva York, donde pasó la mayor parte de su carrera deportiva.

De deportista a actor de Hollywood

En 1979 las lesiones lo apartaron de este deporte, y comenzó a hacerse un hueco entre las estrellas del cine de Hollywood. Entre 1973 y 1994 apareció en más de 20 películas, como en El coloso en llamas o en Agárralo como puedas. 

También hizo varios anuncios publicitarios en la televisión con los que ganó grandes sumas de dinero.

Tras el comienzo del proceso por asesinato de su esposa, ya nada fue igual para él. La familia de los asesinados reclamó un pago de 30 millones de dólares por daños y perjuicios, cantidad que nunca ha pagado por haber dejado de trabajar.

Polémica por un libro

El año pasado volvió a la primera plana tras el acuerdo que alcanzó con el grupo editor del magnate Rupert Murdoch para hacer público el escándalo. En un libro aparecía la hipotética lista de asesinatos que se le imputan. El libro se titula "If i Did it".

Pero no la jugada no le salió bien, y un tribunal de Florida decretó que todos los beneficios sirvieran para pagar parte de la indemnización reclamada por la familia de su ex mujer.