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El ecologista Van der Bellen gana la presidencia de Austria por escaso margen ante el ultraderechista Hofer

  • Van der Bellen ha logrado el 50,3% de los votos, por el 49,7% de su rival
  • La lata participación ha sido clave para evitar la victoria de la extrema derecha
  • El resultado es un alivio para la UE, alarmada por el ascenso ultraderechista
  • El presidente electo ha lanzado un mensaje de unidad tras su victoria

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Victoria por la mínima del candidato ecologista sobre la ultraderecha en las presidenciales de Austria

El ecologista de izquierdas Alexander Van der Bellen es el nuevo presidente de Austria por un puñado de votos, después de un recuento en el que ha sido necesario recurrir al voto por correo para deshacer el empate técnico que arrojaban las urnas tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre el aspirante europeísta y el ultraderechista Norbert Hofer, que encabezaba el escrutinio del voto presencial y cuyo ascenso había alarmado a toda la Unión Europea.

Poco antes de que se hiciera público el resultado final, Hofer reconocía su derrota: "Por su puesto que hoy estoy triste. Me habría encantado haber podido velar por nuestro maravilloso país como presidente federal", señalaba en su cuenta de la red social Facebook el político ultranacionalista, a quien el recuento del voto en urnas le daba este domingo una ventaja del 51,9 % frente al 48,1 % del candidato progresista.

Finlamente, Van der Bellen, un antiguo profesor de universidad de 72 años, se ha convertido en el primer ecologista en llegar al cargo más alto del Estado con el 50,3% de los votos, frente al 49,7% de su rival -una diferencia de apenas 31.026 papeletas-, según ha anunciado el ministro del Interior, Wolfgang Sobotka.

La elevada participación evita el triunfo ultraderechista

Pese a su derrota, Hofer ha querido destacar el ascenso de su partido y ha enviado un mensaje a sus seguidores: "Por favor, no os desalentéis. La movilización para esta campaña electoral no se ha perdido sino que es una inversión para el futuro", ha señalado el candidato del ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ).

La victoria del ecologista es un alivio para la Unión Europea, pero la pregunta es por cuánto tiempo: uno de cada dos austriacos ha votado a un candidato xenófobo. La participación, que este domingo subió hasta el 71,9 %, por el 68,5 % de la primera vuelta, ha sido clave para evitar el triunfo de la extrema derecha.

En esa primera ronda, el pasado 24 de abril, Hofer quedó en primer lugar con un 35,1 %, seguido de Van der Bellen con el 21,3 %, mientras que los dos candidatos de los partidos tradicionales en el gobierno, el Socialdemócrata (SPÖ) y el Popular (ÖVP), quedaron fuera de carrera con apenas el 11 % cada uno. Ese batacazo provocó la dimisión del canciller austriaco, Werner Faymann.

La jefatura de Estado de Austria está en el aire. Ell ultraderechista Norbert Hofer (FPÖ) y el independiente apoyado por Los Verdes Alexander Van der Bellen han protagonizado un empate técnico en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, lo que deja la decisión pendiente del voto por correo.

Mensaje de unidad del nuevo presidente

Por su parte, Van der Bellen ha insistido en que quiere trabajar para todos los ciudadanos y contra la división política en el país: "Se ha hablado de las divisiones en este país, entre derecha e izquierda, entre la ciudad y el campo, entre los de arriba y los de abajo, entre jóvenes y viejos. Pero creo que se puede ver así: Son dos mitades que hacen Austria y una es igual de importante que la otra", ha señalado en su primera intervención pública tras su victoria.

"Puedo decir que tú eres igual de importante que yo. Y que yo soy igual de importante que tú. Y juntos formamos esta bella Austria", ha subrayado. En este sentido, el presidente electo también se ha referido a los comentarios, incluso en los medios internacionales, sobre "trincheras desgarradas" en Austria y ha pedido que no se dramatice sobre el tema: "Esas trincheras existen desde hace tiempo y quizás no hemos mirado suficientemente de cerca en el pasado. Tendremos que hacerlo en cualquier caso con más interés y precisión".

Van der Bellen ha asegurado que el debate, e incluso la discusión política, es una buena señal de que los ciudadanos tienen interés y quieren participar; así, ha reconocido que muchos austríacos no se sienten escuchados y que será necesaria una política que no se ocupe tanto de ella misma sino con "las preocupaciones y miedos reales". "Que en seis años, cuando termine mi mandato, que el mayor número posible de personas en Austria puedan decir: Me va bien o mejor que hace seis años. Mis hijos tienen un buen futuro", ha apostillado.

La crisis de refugiados, clave en la campaña

La segunda vuelta, la primera en la historia de Austria sin las dos formaciones que gobiernan en coalición, ha estado marcada por una fuerte polarización de la sociedad, acentuada por la crisis de refugiados.

Pese a que en la república alpina el presidente tiene competencias limitadas y su función es sobre todo representativa, sí tiene potestad para disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. "El presidente austriaco es como un gigante dormido. No tiene grandes competencias pero sí posibilidad de veto de determinadas políticas del gobierno y en caso de conflicto podría convocar nuevas elecciones", señala en una entrevista con TVE Jaime Pastor, profesor de Ciencia Política de la UNED.

Hofer, que aspiraba a ser el primer jefe de Estado de la derecha radical en un país de la Unión Europea, había advertido de que si ganaba tenía la intención de tener un papel más significativo en la política austriaca, algo visto con temor desde Bruselas. De hecho, el ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, ha tenido que calmar esta mañana a sus colegas europeaos al asegurar que su país seguiría siendo un socio "responsable" ganara quien ganara.

La Unión Europea, preocupada

La campaña electoral de Hofer ha girado alrededor del eslogan "los austríacos primero", centrándose en defender los valores del país alpino frente a lo que asegura son las imposiciones de la UE, la amenaza de los inmigrantes y el peligro que supone el islam.

"Lo que está ocurriendo en Austria confirma la tendencia al ascenso de partidos populistas de extrema derecha que tratan de canalizar el descontento de la sociedad ante las políticas de austeridad y el fenómeno de la inmigración", señala el profesor Pastor. "Europa tiene que redefinir su proyecto: superar las políticas de austeridad, buscar otra manera salir de la crisis que no sea recortando en educación y sanidad, y acoger a las personas que huyen de la guerra y el hambre, de las cuales en parte son corresponsables algunos estados de la Unión Europea", ha añadido.

Europeísta convencido y antiguo líder de los verdes austríacos, Van der Bellen en estos comicios se ha presentado como candidato independiente. Ahora, será el primer presidente de Austria que no pertenece al partido Socialdemócrata ni al Popular.