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Los atentados de París se coordinaron en tiempo real y por teléfono desde Bruselas

  • La prensa francesa recoge las 6.000 actas de la investigación de los ataques
  • Los terroristas hablaron con una persona que estaba cerca de la capital belga
  • Se sospecha de Mohamed Abrini, que se encuentra en busca y captura

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Imagen captada en una gasolinera de Mohamed Abrini, sospechoso de ser quien coordinó los atentados de París desde Bruselas
Imagen captada en una gasolinera de Mohamed Abrini, sospechoso de ser quien coordinó los atentados de París desde Bruselas.

No sólo París o Bruselas, también Berlín, Roma, Madrid... Todas las capitales europeas despiden el año y reciben 2016 en un contexto de intranquilidad, con una presencia policial o militar evidente en las calles, consecuencia directa del miedo impregnado a fuego en la capital francesa el pasado 13 de noviembre.

Ahora se conocen nuevos detalles de los atentados de París, de los precisos preparativos y las acciones detalladas del grupo de terroristas, dividido en tres comandos. Estos días, de hecho, la prensa francesa revela parte de la investigación que está recogida en cerca de 6.000 actas.

Así, por ejemplo, se sabe que la cadena de atentados se coordinó en tiempo real, por teléfono, con -al menos- un interlocutor que se encontraba en los alrededores de Bruselas. Ese individuo aún no se ha identificado, pero los datos apuntan a que podría tratarse de Mohamed Abrini, actualmente en busca y captura.

El día 12 de noviembre, la cámara de seguridad de una calle del barrio bruselense de Molenbeek le graba a él, a Abrini, junto a Salah Abdeslam -el único superviviente del grupo de terroristas suicidas- y al hermano de éste, Brahim, uno de los yihadistas que sí murieron la noche del 13-N.

Se busca a Mohamed Abrini, de 30 años, "peligroso y probablemente armado"

Un ataque totalmente planificado

De los asaltantes fallecidos, todavía quedan dos por ser totalmente identificados. Se trata de dos de los tres que se inmolaron en las inmediaciones del Estadio de Francia, que con pasaporte sirio falso entraron en Europa por Grecia semanas antes aprovechando la oleada de refugiados.

En torno a las ocho de la tarde del 13 de noviembre, es Abdeslam quien les traslada en coche a ellos dos y a Bilal Hadfi al Estadio de Francia, situado en la localidad periférica de Saint-Denis. Hadfi es el último en activar su chaleco de explosivos, al parecer, después de intentar acceder varias veces al estadio, donde se disputa el amistoso Francia-Alemania.

No hay casi lugar para la improvisación. Todo está muy planificado. De hecho, casi al mismo tiempo que el horror se desata fuera del estadio de fútbol, comienzan -en torno a las 21:20 horas de la noche- los tiroteos indiscriminados y las ejecuciones en las terrazas y en los restaurantes de los céntricos distritos X y XI de París. El conductor del "comando de las terrazas" es, al parecer, Abdelhamid Abaaoud, el supuesto cerebro del complot, también ejecutor, que fallecerá el miércoles 18 durante el asalto policial en el centro de Saint-Denis.

Las cámaras de seguridad de varios cafés parisinos muestran el momento de los ataques

En la misma zona, a esa hora de la noche, actúa en la sala Bataclan ante 1.500 personas el grupo Eagles of Death Metal. A las 21:40 horas, un coche negro se para delante del local. Antes de irrumpir en el interior con sus Kaláshnikov y sus cargas explosivas, el comando -formado por Samy Amimour, Foued Mohamed-Aggad e Ismaël Mostefaï - envía un SMS desde el móvil que luego tirarán en una papelera cercana. Escriben: "Hemos llegado. Empezamos". El destinatario está en Bélgica y la línea telefónica, abierta el día antes a nombre de Salah Abdeslam.

El infierno de Bataclan

Comienzan a disparar. Algunos de los clientes del Bataclan que en ese momento están fuera huyen. Otros se refugian en el interior.  Dos de los atacantes entran. Uno de los vigilantes de seguridad, alertado, abre una puerta de emergencia. Pero, en el exterior, les espera el tercer yihadista, para ametrallarles antes de reunirse con los otros dos.

Muchos de los que ya son conscientes de lo que ocurre se echan al suelo. Uno de los terroristas dice que quien quiera irse, que se vaya. Según un testimonio recogido por los investigadores, "por supuesto que a los que se levantaron, les dispararon".

Es un grupo estadounidense. Vosotros bombardeáis con los estadounidenses, así que nosotros la tomamos contra los estadounidenses y contra vosotros

En cierto momento,  los asesinos preguntan por el cantante de Eagles of Death Metal y argumentan: "Es un grupo estadounidense. Vosotros bombardeáis con los estadounidenses, así que nosotros la tomamos contra los estadounidenses y contra vosotros". Asimismo, obligan a algunos a colocarse en puertas y ventanas a modo de escudos humanos.

El momento del asalto terrorista a la sala Bataclan fue captado con su móvil por uno de los asistentes al concierto de los 'Eagles of Death Metal'. En las imágenes se ve cómo el grupo toca su séptima canción cuando se ve interrumpido por las primeras ráfagas de disparos.

A las 22:00 horas de la noche, la policía ya rodea el lugar, aunque no disponen todavía de la equipación suficiente como para hacer frente a la amenaza. Pero las fuerzas de asalto no tardarán en aparecer. En cuanto llegan, logran introducirse en la sala y disparar a uno de los terroristas, aunque éste logra activar los explosivos que lleva encima y salta por los aires.

El último de los supervivientes

Los otros dos toman como rehenes a una docena de personas. Y, durante dos horas, entablan comunicación con las fuerzas de seguridad para hacerles llegar sus reclamaciones: "Queremos que os vayáis, que saquéis vuestros ejércitos. Queremos un papel firmado que lo demuestre". "Son las 23 horas y 32 minutos, si en cinco minutos no tengo nada", amenaza uno de ellos, "mato a un rehén y lo tiro por la ventana".

Hay cinco contactos. El último, a las 00:18 horas de la noche. Entonces, da comienzo al asalto final. A uno le da tiempo a activar el cinturón. Al otro, no. Son casi 90 los muertos y hay cientos de heridos. En total, 130 víctimas mortales las de aquel viernes negro.

Arnaud la recuerda como una "noche irreal". Sobrevivió a la tragedia de Bataclan, pero no es sólo "uno" de los supervivientes, sino el último en salir con vida de la sala de conciertos. Le Monde ha conseguido entrevistarle y ha contado cómo él y su mujer, María, vivieron el horror.

Ambos formaron parte del grupo de rehenes y, hoy, Arnaud confiesa públicamente que nunca pudo imaginarse una situación similar, que alguna vez tendría que pasar sobre "una montaña de cadáveres" antes de poder recuperar la libertad de manos de "dos jóvenes que decían representar al "califato islámico" y a los que también vio morir ante sus ojos. Sólo ahora, Arnaud ha decidido hablar: "Para no olvidar", asegura.