Convencida de que ella es la única que puede convencerle para dar el paso decisivo, Lola subirá al escenario para besar a un Fede estupefacto, pero con las suficientes ganas de volver a interpretar los temas que tantas alegrías le dieron en un pasado.
Julio sufrirá la amenaza de Jiménez, un traficante del Sur que vendrá a pedir cuentas al heredero de Quintero. Sin embargo, en lugar de amedrentarse, esta situación hará que Julio recupere la confianza y quiera enfrentarse a Somoza.
Olga y Julio no habían intercambiado muchas palabras desde que llegaron a Distrito Sur, pero los últimos acontecimientos provocarán que entre ambos comience a fraguarse una amistad que podría convertirse en algo más con el paso del tiempo.