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Baile de nombres en el gobierno ruso. Putin ha estrenado su quinto mandato al frente del Kremlin con una decisión sorprendente. Ha relevado a Serguéi Shoigú, ministro de Defensa desde 2012 y amigo cercano. En su lugar, ha propuesto al tecnócrata experto en asuntos económicos Andréi Beloúsov ser el nuevo responsable de pilotar la guerra.

En el pasado, Beloúsov dirigió con éxito el Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia, y durante mucho tiempo fue asesor presidencial para asuntos de Economía. Ocupa el puesto de Shoigú, a quien Putin ha reservado el lugar de Nikolai Patrusev, hasta ahora secretario del Consejo de Seguridad ruso.

Shoigú ha estado al frente de las Fuerzas Armadas rusas y en su haber cuenta con numerosos premios estatales. Además, bajo su mandato Rusia se anexionó Crimea, aunque la "operación especial" lanzada en Ucrania y el cuestionamiento de su autoridad por Prigozhin, fallecido líder del grupo Wagner, parecen haberle pasado factura.

El hasta entonces ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha sido amigo cercado del presidente Vladímir Putin hasta su destitución. El mandatario ha alterado su cúpula de poder a raíz de la guerra en Ucrania y ante desequilibrios internos dentro de los círculos del propio Shoigú. El exministro abandona la política, pero tan solo para asumir un nuevo puesto como secretario del Consejo de Seguridad.

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Putin ganó las elecciones de marzo, a las que no pudieron presentarse los principales opositores porque estaban presos, en el exilio, o porque fueron inhabilitados. Las potencias occidentales criticaron entonces esos comicios y hoy ningún líder ha estado en su toma de posesión. 

Unos minutos antes de las 12 a Putin le dicen que está todo listo para su juramento. Deja su despacho en el Senado y se dirige al palacio. Ambos edificios están en el reciento amurallado del Kremlin

En el salón de San Andrés, diseñado en su día para el zar Nicolás I, Putin jura el cargo. Lo hace sobre la Constitución rusa que, sobre el papel, garantiza derechos como la libertad de expresión o de prensa.

El presidente ruso ha reconocido que viven tiempos difíciles y ha asegurado que no se opone al diálogo con Occidente si es de igual a igual. También ha saludado a los que él llama héroes de la operación militar especial.

Ese es el principal reto de su quinto mandato presidencial: ganar en Ucrania, una guerra que el Kremlin pretendía resolver rápido y que ya está en su tercer año.

En clave interna, llamamientos a la unidad. Entre los asistentes, pocos occidentales. Estados Unidos y la Unión Europea han pedido boicotear esta toma de posesión, pero algunos han enviado a representantes diplomáticos como Francia, Hungría o Eslovaquia.

Para cerrar la ceremonia, 30 salvas de artillería y desfile en honor del presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Después misa con Kiril, el patriarca de la iglesia ortodoxa, uno de los incondicionales del presidente ruso.

FOTO: Cao Yang / Xinhua News

Vladímir Putin ha iniciado este martes su quinto mandato como presidente de Rusia. En la ceremonia de toma posesión para los próximos seis años, Putin ha reiterado su discurso basado en la grandeza pasada del país. "Somos un pueblo único, juntos, venceremos", ha declarado, en referencia a la guerra en Ucrania.  

Putin ha asegurado que Rusia no rechaza el diálogo con los países occidentales. "Depende de ellos", ha dicho tras jurar el cargo en una ceremonia oficial en el Gran Palacio del Kremlin. 

Foto: Alexander Kazakov, Sputnik, pool Kremlin vía AP