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Crimea, península conquistada por el imperio zarista a finales del siglo XVIII, ha regresado al redil ruso solo un día después de que esta república declarara formalmente su independencia de Ucrania. "¡Bravo! ¡Así se habla!", comentaban los comensales en un restaurante de Simferópol, capital crimea, durante la intervención en la que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la integración de toda la península, incluido el puerto de Sebastopol. Los rusos de Crimea, que siguieron atentamente la alocución televisada, aún no se creen que dos días después de la victoria de la adhesión a Rusia en el referéndum separatista sean ya parte de la Federación Rusa. "¿Tan rápido? ¿Entonces, ahora, Putin también es nuestro presidente?", preguntaba un camarero, entre las risas y los aplausos de los presentes. Los crimeos se levantaron el domingo como ucranianos, se acostaron el lunes como habitantes de un país independiente y se irán hoy, martes, a la cama como ciudadanos rusos. Esto ocurre después de que el Parlamento de Crimea aprobara el lunes por la mañana una Declaración de Independencia que entró en vigor de inmediato y consumara la ruptura de lazos con Ucrania. La rimbombante declaración, en la que incluso se llamaba a la ONU a reconocer la soberanía del nuevo Estado, fue un paripé necesario desde el punto de vista jurídico, de forma que no se le pudiese acusar a Rusia de anexionarse territorio ucraniano.

La firma de la adhesión de Crimea a la Federación Rusa por parte del presidente ruso, Vladímir Putin, ha generado una cascada de reacciones en la comunidad internacional y un gran malestar en las potencias occidentales, que evocan la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Moscú.

La Unión Europea y Estados Unidos han aprobado sanciones contra altos cargos rusos, crimeos, así como a ex dirigentes ucranianos, en represalia por el referéndum de Crimea. La Casa Blanca dice que son las sanciones más graves desde la Guerra Fría contra Rusia, que este lunes ha reconocido la independencia de la república hasta ahora integrante de Ucrania.

Las sanciones impuestas por Europa y EE.UU. a más de una veintena de dirigentes rusos y ucranianos pueden tener un efecto contraproducente para los países sancionadores y, desde luego, para Moscú.

Las sanciones cogen a Rusia en un momento delicado y podrían agravar la debilidad del rublo y reducir las importaciones. El año pasado cayó la importación de coches un 5,5% y este año podría caer hasta un 15%, un síntoma que se observa sin necesidad de sanciones.

El bloqueo de cuentas de oligarcas rusos tendría un efecto en los bancos occidentales donde ingresan su dinero ya que no invierten en su país. En 2013 sacaron del país 60.000 millones de dólares y este año ya llevan 17.000 mil millones de dólares. En total tienen comprometidos 200.000 millones de dólares y las empresas rusas unos 410.000 millones.

Rusia ha vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU la resolución presentada por Estados Unidos y que rechazaba la validez del referéndum de mañana en Crimea

La península de Crimea tiene para Rusia un fuerte componete emocional. La consideran un símbolo de su identidad y ven como un error histórico que Nikita Jrushov cediera la soberanía a Ucrania en 1954. La región ya ha sido testigo de reuniones que han marcado la historia de Europa, como la Conferencia de Yalta.

Todo está listo en Crimea para el referéndum de este domingo acerca de su anexión a Rusia. Más de un millón y medio de personas están llamadas a las urnas para votar en una consulta que el gobierno de Kiev y la comunidad internacional consideran ilegal.

A menos de 24 horas del referéndum de autodeterminación de Crimea, crece la tensión en Ucrania. Al este del país, en Járkov, al menos han muerto dos personas. Y en Kiev los diputados de La Rada han votado la disolución del parlamento de Crimea.