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Después de más diecinueve días en huelga de hambre, Aminatu Haidar pretendía volver a su casa en el Aaiun en un avión medicalizado fletado por el gobierno español pero las autoridades marroquíes, en el último momento, no autorizaron el vuelo, por lo que el avión no pudo despegar. Esta activista saharaui llegó a Lanzarote expulsada por Marruecos, que le retiró el pasaporte por poner en una tarjeta de embarque que su nacionalidad era la saharaui. Un equipo de Informe semanal ha estado con Aminatu y ha escuchado sus razones para mantener este pulso, uno más de los que esta mujer mantiene con Marruecos a quien ha denunciado reiteradamente por vulnerar los derechos humanos y no reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

El retorno de la activista saharaui Aminatu Haidar a El Aaiún ha quedado frustrado a última hora del viernes después de que Marruecos haya dado una "contraorden" y haya negado el permiso de vuelo al avión medicalizado al que ya había sido trasladada. España confía en conseguir un nuevo permiso para que la activista pueda regresar a su tierra (05/12/2009).

Tras las noticias que aseguraban que Aminatu Haidar regresaba a su hogar en El Aaiún, finalmente una contraorden desde Marruecos no ha dejado despegar el avión desde el aeropuerto de Lanzarote. Escuchamos todo lo ocurrido en las últimas horas y hablamos de la situación con el delegado saharaui en Canarias (04/12/09).

La activista saharaui Aminetu Haidar ha decidido abandonar la huelga de hambre que mantenía desde hace 19 días en el aeropuerto de Lanzarote tras aceptar el ofrecimiento de regresar esta tarde en un avión medicalizado a El Aaiún (4/12/09).

  • Exteriores expresa su impaciencia y frustración por la actitud de la activista
  • Haidar reprocha a España su complicidad con Marruecos en su expulsión
  • El Reino marroquí violó el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
  • Pese a ello, España aceptó la entrada de Haidar y le impidió volver
  • Ahora le plantea tres opciones para volver a su casa pero ninguna le convence
  • La intervención personal de Zapatero puede ser crucial