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En Londres siguen las protestas por el asesinato del soldado Rigby. Un millar de manifestantes de ultraderecha han vuelto a salir a la calle en contra de la comunidad musulmana. Con lemas como "asesinos musulmanes fuera de nuestras calles", se han enfrentado a la policía para abrirse paso hacia la céntrica Trafalgar Square. Mientras, continúa la investigación del crimen. Hoy han detenido a un hombre de 50 años. Es el décimo arresto vinculado al caso. Seis han sido ya liberados. La policía informa también de un nuevo registro en el sur de la capital.

La mujer de 29 años detenida este jueves por su supuesta complicidad en el ataque a un soldado británico en Londres ha sido puesta en libertad sin cargos un día después, según ha informado la Policía Metropolitana de Londres.

La Policía investiga las conexiones de los dos detenidos como sospechosos del asesinato de un soldado en Londres con grupos islamistas del Reino Unido y de otros países.

Los dos sospechosos, identificados como Michael Adebolajo, de 28 años, y Michael Adebowale, de 22, están bajo custodia en el hospital tras ser tiroteados por la Policía durante su detención. La víctima, Lee Rigby, de 25 años y padre de un niño, sirvió en Afganistán.

Los detectives están interrogando además a dos personas, un hombre y una mujer, detenidas en relación con el asesinato.

Los autores del atentado de Londres contra un soldado parecen sumarse a la lista de ataques cometidos en los últimos años por los denominados 'lobos solitarios', un fenómeno no exclusivamente yidahista.

Los atacantes de Londres eran de origen nigeriano y estaban fichados por la policía. La policía ha detenido a otras dos personas. El soldado asesinado es Lee Rigb, de 25 años y padre de un niño.

El distrito de Woolwich, al sur de Londres, ha amanecido tomado por las fuerzas de seguridad, y conmocionado por los hechos de ayer por la tarde.

Ayer dos hombres asesinaron a sangre fría a un militar británico en el distrito de Woolwich en Londres. La policía mantiene acordonada la zona para buscar pruebas y evitar que la escena del crimen se contamine. Hay pocas dudas acerca de cómo ocurrió, porque los asesinos se quedaron esperando la llegada de la policía e incluso pidieron a los transeúntes que los fotografiaran y los grabaran.