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Noruega rinde homenaje a las víctimas del doble atentado en Oslo y Utoya. Al menos 150.000 personas, muchas de ellas con flores en la mano, se han concentrado esta tarde en la capital. En este acto de recuerdo han intervenido el príncipe HÁkon, el primer ministro StÓltenberg, y el líder de las juventudes laboristas, que organizaban el acto en Utoya que acabó en tragedia. También ha habido manifestaciones en otras ciudades de Noruega.

Anders Breivik ha reconocido ante el juez que mató a decenas de personas en Oslo y en la isla de Utoya, pero no se ha declarado culpable. Dice que no actuó solo, sino en colaboración con otras dos células. Y que lo que hizo fue atroz, pero necesario. Tras su declaración, durante media hora y a puerta cerrada, el juez ha decretado para el acusado prisión preventiva durante 8 semanas renovables.

El padre de Breivik, un diplomático noruego que vive en Francia, ha dicho que su hijo debería haberse suicidado en lugar de matar a tanta gente. Eran sus palabras en una entrevista con la televisión noruega TV2, aunque no ha querido que se le viera la cara. Los padres de Breivik se divorciaron cuando éste tenía un año. Él se quedó a vivir con su madre, que volvió a casarse con un militar. Su padre también se casó de nuevo. Y tanto él, como su actual esposa, militan en el partido laborista contra el que ha atentado Breivik.

La policía rebajó hoy a 76 el número de víctimas mortales en el doble atentado de Noruega, tras reducir de 85 a 68 los muertos en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utoya, y elevar de 7 a 8 los fallecidos en el complejo gubernamental de Oslo.

¿Pueden las ideas matar? es la pregunta que se hace el experto en la extrema derecha Xavier Casals. El historiador y profesor universitario analiza los vínculos entre la matanza de Oslo y las ideas que abandera en Europa una ultraderecha en auge. El autor de esta masacre ¿es un loco? ¿se trata de un hecho aislado o una nueva forma de terrorismo? (25/07/11).

Prisión provisional para el autor del doble atentado de Noruega en el que murieron 93 personas el pasado viernes. Anders Breivik ha admitido haber colocado la bomba y ser el autor del tiroteo, aunque dice no sentirse culpable porque, según él, la tragedia era necesaria. Quería impedir, según su declaración, el reclutamiento de nuevos miembros del Partido Laborista y salvar a Europa de la influencia musulmana.

La investigación del doble atentado se extiende más allá de las fronteras de Noruega. Scotland Yard investiga las posibles conexiones del único detenido con grupos de extrema derecha y anti-islamistas en el Reino Unido.

En las pasadas elecciones en Noruega, el ultraderechista Partido del Progreso consiguió el 23% de los votos. Su discurso xenófobo y ultranacionalista avanza frente a los valores tradicionales de tolerancia representados por el partido laborista, el objetivo principal del doble atentado.

Noruega es un país conmocionado, horrorizado por la crueldad y la frialdad del asesino. Tímido, amable, buen estudiante, y de buenas maneras. Así describen algunos conocidos a Ander Breivik. Breivik tenía un año cuando sus padres se divorciaron. Se quedó a vivir con su madre que volvió a casarse con un militar pero siguió manteniéndo contacto con su progenitor hasta los 15 años. Tanto su padre como su segunda esposa militan en el Partido Laborista contra el que ha atentado Breivik.

Toda Noruega se ha paralizado para rendir homenaje a las víctimas del doble atentado del viernes. La familia real y el primer ministro han encabezado este mediodía un minuto de silencio, que también han seguido el resto de países escandinavos. Miles de personas congregadas en los memoriales improvisados por varios puntos de la capital enmudecieron. El transporte público se detuvo y las televisiones locales también dejaron de emitir su programación. Una hora después, Anders Breivik, el único detenido por la masacre de Noruega, comparecía ante el juez. La vista se ha celebrado a puerta cerrada, pese a la petición de Breivik de que se permitiera asistir a los medios.

Gorka Moral, un ciudadano español residente en Oslo desde hace cinco años nos traslada sus impresiones tras los trágicos atentados. Dice que "la gente no habla de otra cosa a pesar de que están muy impresionados y considera que la mentalidad y la vida de Noruega no cambiará por estos hechos (25/07/11).