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El pleno del Senado de Brasil celebra desde primera hora de este miércoles una de las sesiones más importantes de la historia política reciente en el país sudamericano: los senadores tienen en su mano la decisión sobre la apertura de un juicio político contra la presidenta, Dilma Rousseff, por alterar las cuentas públicas en 2014 y 2015.

Hasta el momento, la mayoría de los senadores que han intervenido se han inclinado por la suspensión del mandato de Rousseff. El número de partidarios del impeachment (destitución) supera ya los 40, por lo que es de esperar que la propuesta de destitución obtenga la mayoría simple necesaria (hay 81 senadores pero dos no se han presentado y el presidente de la Cámara, Renán Calheiros, ha anunciado que no votará).

La presidenta será suspendida durante los seis meses que dure el proceso y el vicepresidente Michel Temer (del Partido del Movimiento Democrático, y considerado uno de los muñidores de esta maniobra) ocupará su lugar. Pasados los seis meses, el Senado puede decidir su cese definitivo, pero entonces los enemigos de Rousseff necesitarán dos tercios de los votos.

El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, ha encargado formar Gobierno al actual primer ministro, el conservador Pedro Passo Coelho, justificando su decisión en que fue el ganador en las elecciones del 4 de octubre. Sin embargo, Passo Coelho no cuenta con mayoría parlamentaria ni posibles socios que sostengan su Ejecutivo, por lo que la oposición socialista ya ha anunciado que "va a caer" en la Asamblea portuguesa.

En cualquier caso, Cavaco Silva ha decidido primar a la lista más votada en lugar de optar por un tripartito de izquierdas.